Hatuey hace vaticinio

Hatuey hace vaticinio

En el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), el Partido del Toro Negro, como decía César al cruzar el Rubincón: ¡La Suerte está Echada, ay de los Vencidos! Esto así porque no haremos alianza con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ni mucho menos con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Nosotros continuaremos triplicando el trabajo silenciosamente, con entusiasmo y ardor, como las abejas organizando el partido por los cuatro puntos cardinales de la República, llevando las ideas sociales demócratas y los principios del doctor José Francisco Peña Gómez. En vista de que somos los genuinos representantes de la no reelección y de Primero la Gente, para ganar en el 2012.

Nuestro líder y guía, el carismático licenciado Hatuey Decamps, sin ser adivino ni mucho menos pitonisa, pero sí el más terminado estratega político de las últimas décadas de la historia contemporánea de nuestra nación, ha sido que el PRD, de seis Senadores que tiene actualmente, solamente sacará cuatro; y nosotros agregamos que por estar de miserables en las negociaciones con nuestro Partido, no ganaran la alcaldía del Distrito Nacional y que serán barridos en Santo Domingo Este por Juan de los Santos.

Nada mejor que la historia para recrear su brillante y meteórica carrera política desde los tiempos en que encabezó la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) durante los primeros 12 años del doctor Joaquín Balaguer, cerrando y comenzando un periodo en el movimiento estudiantil como catalizador de la lucha política.

Es su paso por la presidencia de la Cámara de Diputados lo que devuelve al Congreso su condición de Poder del Estado para deliberar y participar en la vida pública, no subordinado a las directrices del Ejecutivo.

Un rol que en su momento no se quiso entender, pero que hoy se mantiene como una regla del ejercicio del poder.

Dos acciones muy elocuentes, entre las muchas que se pueden citar, en lo que hoy se puede definir como gerencia política, sin mencionar sus habilidades y valentía cuando el tristemente fallo histórico que despojó al PRD de cuatro senadurías en las elecciones ganadas por Don Antonio Guzmán en el año 1978.

Por aquí nos gastamos muchas figuras que su relevancia se la deben a los puestos que circunstancialmente ocupan, que luego pasan inadvertidos hasta en el acto más intrascendente.

Pero ese no es el caso de Hatuey Decamps, contra quien no han valido las calumnias para gozar de su magnética personalidad.

Hatuey, siempre presente.

¡La suerte está echada, ay de los vencidos!

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