Hatuey «se pegó» en la quiniela; y cogió su «san»

Hatuey «se pegó» en la quiniela; y cogió su «san»

NUEVA YORK. Hatuey De Camps acaba de «pegarse» con una quiniela que él ha jugado por muchos años; y de paso, también le tocó su número en el «san» que jugó por tiempo indeterminado, para que le entregaran la candidatura presidencial de su Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Una cantidad considerable de delegados perredeístas, reunidos en asamblea, dijo que De Campos es su candidato. Y lo proclamó.

Ese triunfo de Hatuey puede o no tener tropiezos, porque la Junta Central Electoral (JCE) deberá decidir en breve si lo de De Camps es lo correcto, o si lo es lo del otro bando, con más de un aspirante presidencial, pero como dicen la gente de azada y mocha, «el que da primero puede dar dos veces», y el ex secretario de la Presidencia en el Gobierno de Concentración Nacional, gobierno que también fue del PRD, «dio primero», de manera que podría dar dos veces, y alzarse con la candidatura definitiva.

Pero Hatuey sabe que el camino en el que él está, no es florido y llano, sino sinuoso y medio oscuro; y que pueden surgir contratiempos, fuertes, que lo echen a un lado. Y puede, sí, que reciba un empujón de simpatía tan grande, que consiga todo lo que ha querido por tanto tiempo.

En su discurrir político, Hatuey metió en su saco de ahorros, muchas antipatías. Una vez tuvo una bronca de marca mayor con José Francisco Peña Gómez, y eso salió a la calle, y ahí no funcionó la institucionalidad perredeísta de que tanto habla en motejado «Cacique» del PRD, como tampoco funcionaron «los principios institucionales que le dieron base al Partido de la Esperanza Nacional» cuando el mismo Peña Gómez, después de sobarse su poderoso dedo, lo usó para acomodar a Hatuey en la presidencia del PRD, posición que, gracias a ese dedo ilustre, sigue ostentando.

Hatuey, desde su años de dirigente de la Federación de Estudiantes, fue creando un liderazgo, y parejo a ese liderazgo crecía también su fama de persona engreída y autoritaria. Dicen que él fue uno de los cerebros más creadores y poderosos del gobierno del ex presidente Salvador Jorge Blanco, el abogado aquel que originalmente fue miembro de principalía de la Unión Cívica Nacional (UCN) y, cuando creyó conveniente, se pasó al PRD, y allí le dio cobija Peña Gómez. Tanta, que lo encaramó en la Presidencia de la República. Se recordará que a Jorge, después de juzgarlo «un tribunal competente», como suelen decir los abogados, «le echaron» 20 años de prisión por el delito (bueno, no somos juristas, no sabemos si a eso le llaman delito o crimen) de corrupción.

Pero tuvo la suerte, Jorge Blanco, que luego los votos llevaron al poder al Agrónomo Mejía, y ése hizo lo que pregonaba nuestro querido amigo ya ido, Ramón A. Castillo, cuando en función de pionero democrático llegó al país junto a Angel Miolán y Nicolás Silfa: «borrón y cuenta nueva» Y le borraron a Jorge el sambenito delictuoso que un juez le colgó.

Hoy, hoy mismo, Hatuey debe darse por satisfecho.

Aunque la JCE no le haga caso como candidato presidencial, De Camps ha logrado escalar una cima que de seguro él mismo sabía que le era casi imposible alcanzar, y de ahí el cantaleteo de la «institucionalidad» y los espacios pagados en periódicos, maldiciendo la reelección presidencial.

Ahora, De Camps tiene mejor semblante político.

Pero debe, el candidato, tener en cuenta que con su triunfo, tienen que ver otras realidades que les son ajenas, y es que el Presidente Mejía, de tanto hablar y «joder la paciencia,» se está quedando «sin pito y sin flauta», porque su misma gente le está sacando el cuerpo, aunque hay algunas que no, que son fieles cual si fueran un pastor alemán, como es el caso del doctor Pedro Franco Badía, de quien Hipólito dijo más de una vez que «no sabe lo que dice», y sin embargo, es de los suyos.

En su largo discurso ante la gente que lo apoyaba, De Camps le echó con el rayo a la corrupción que alimentan Hipólito en su gente. Y señaló que otras gentes que eran de otros partidos, del Social Cristiano por ejemplo, luego se metieron a perredeísta, y que él (Hatuey) nunca estuvo en otro partido. Y eso lo dijo, para echarle una vaina a Mejía, quien fue miembro del Partido Social Cristiano aquel, no Reformista, sino el que orientaban Alfonso Moreno Martínez, Yuyo D’Alessandro, Mario Read Vittini..

Pero en su afán de construir por un lado, y destruir por el otro, Hatuey olvidó que su líder y ex jefe, Jorge Blanco, fue al PRD desde otro partido: Unión Cívica Nacional. Y que en eso de la corrupción, Jorge consiguió para sí una condena de 20 años de prisión. ¿Que le ‘borraron’ la condena? Sí es verdad. Pero los hechos no han podido borrarlos por aquello de lo que también dicen las gentes de azada y mocha: «dipué del palo dao… ¡Ni Dio lo quita!

Pero de todos modos, hay que reconocer el trabajo magnífico que ha hecho Hatuey en pro de su reinvidicación como político aceptable. Meditación.

Para la meditación de hoy: Suéltate contigo mismo; tente confianza. No temas pensar cosas, sobre tu manera de ser, tus hechos, que te avergüencen. Todos hemos metido la pata de una u otra manera. Es función, la nuestra, de humanos; no de santos. Si todos fuéramos santos… ya el cielo se hubiera desplomado. Lo que sí debes hacer es tenerte confianza tú mismo, analizarte, aconsejarte. Porque nadie, nadie pueda aconsejarte mejor a tí, que tú mismo, pues aunque quieras engañarte a veces, bien sabes quién eres. La idea es ir cortando las ramas secas o sucias de nuestro carácter y al mismo tiempo, echarle agua a nuestra planta interior, con amor y paz, para que coja fuerza. ¡Y como mejora uno, con eso…!

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