“Sigamos aclarando el panorama”, como dice Arjona, aunque no estén sus “pingüinos en la cama” ni haya “moros en la costa” como decían en zonas ribereñas mediterráneas españolas, siglos atrás, ante continuos ataques desde el norte africano, pero sí ha surgido una empresa china desafiante en el mercado. Surgida en 1987, Huawei no ha cesado de crecer y desarrollarse sobre la base de inversiones multimillonarias en I&D y una incisiva gestión de marketing. Hoy por hoy parece ser la única empresa con capacidad para desplegar la revolucionaria tecnología 5G a gran escala. Desde 2015 se ha alzado con el liderazgo planetario entre las compañías de equipos de telecomunicaciones superando a competidores claves como Ericsson, Nokia, Samsung e, incluso, a la también poderosa ZTE china – objetivo igualmente de una embestida antieconómica y anticompetitiva -. Pareciera que ahora los líderes del capitalismo global y adalides de la libre competencia se sienten compelidos a recurrir a fórmulas burocráticas, anti mercado y subterfugios legales lo que podría interpretarse como el reconocimiento de una derrota tecnológica, lo que precisamente temen. Es la estrategia no muy oculta en la ofensiva contra empresas tecnológicas chinas de primera línea y gran futuro. Es a lo que me refería al terminar mi anterior entrega -que algunos preguntaron- al citar el proverbio chino de “matar a la gallina para asustar a los monos” que se usa en alusión a un castigo exagerado para ahuyentar o asustar a otros.
Efectivamente, si se neutraliza a Huawei y a otras, ¿Quién saldría ganador en el mercado? Los directivos de la empresa aseguran que las imputaciones no son ciertas, piden pruebas, que no aparecen más allá de los alegatos, e incluso ofrecen trabajar en lo que objetivamente se le plantee para asegurar las preocupaciones de seguridad. Entre la amplia gama de acusaciones formales del Departamento de Justica estadounidense se encuentra: fraude bancario, obstrucción de la justicia, conspiración, violar el régimen de sanciones a Irán y robar secretos comerciales al operador T-Mobile US. La directiva de Huawei ha contraatacado demandando en los tribunales al gobierno por la ley de restricciones contra las empresas chinas. Veremos, pero ese tipo de acciones legales nunca han avanzado en tribunales de Estados Unidos.
Ciertamente, más allá del desafío de mercado y tecnológico hay otras “inquietudes” de los servicios de inteligencia norteamericanos. Huawei no ha dudado en recordar que la Cloud Act de Washington sí autoriza a sus operadores a acceder a datos de empresas y usuarios en otras partes del mundo. Además a Huawei se le considera una amenaza a la continuidad y eficiencia del Club de los Cinco Ojos, abiertamente debatido en medios internacionales. Se trata de la alianza de espionaje más amplia de la historia. Surgió en la Segunda Guerra contra la URSS comprendiendo a EEUU, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Canadá, precisamente los cinco que encabezan la ofensiva anti Huawei. Sigue activo y recuérdese que Snowden denunció que espiaba a ciudadanos.
Tan absurdo e imposible es tratar de neutralizar el desarrollo chino como lo sería pretender llevar a menos a la economía estadounidense.