Hawai, el paraíso perdido de Estados Unidos

Hawai, el paraíso perdido de Estados Unidos

EFE-REPORTAJES. Dicen que “río revuelto, ganancia de pescadores”. En plena época de crisis económica surgen oportunidades únicas para visitar destinos celestiales a precios irresistibles, como es el caso de Hawai, el paraíso perdido de Estados Unidos.

Durante el mes de marzo se pueden encontrar ofertas en vuelos que, por pocos dólares, le llevarán directamente a lo más parecido al cielo que hay en la tierra: sol, temperaturas ideales, tranquilidad y, por si fuera poco, una cocina en la que se funden los sabores de Oriente y Occidente, que hace del archipiélago  un centro gourmet.

Hawai, el estado más joven de Estados Unidos -entró a formar parte de la Unión en 1959-, localizado en un archipiélago del océano Pacífico, más allá de sus impresionantes escenarios naturales y de ser el lugar  de nacimiento del actual presidente estadounidense (Barack Obama nació en la capital, Honolulú), es un estado de ánimo.

A 3,200 kilómetros del continente. El llamado “espíritu Aloha” es la perfecta simbiosis entre las temperaturas tropicales y la calidez y encanto de su población, que contagia las seis principales islas del archipiélago: Kauai, Oahu, Lanai, Maui y Hawai, también conocida como “Big Island”, para no confundir con el estado en su conjunto.

Alejado unos 3,200 kilómetros del Estados Unidos continental, en Hawai se respira tranquilidad.

Y a sonreír

En esta tierra volcánica donde casi siempre brilla el sol, te reciben con flores y los nativos saludan con el gesto que universalizó el futbolista brasileño Ronaldinho Gaucho, la vida parece regirse, como les gusta decir en Hawai, por las tres W: wind (viento), waves (olas) y wings (alas).

Pearl Harbor en el recuerdo.  En aquella fecha de nefasto recuerdo para Estados Unidos, los japoneses atacaron por sorpresa la base naval de Pearl Harbor, en Oahu, lo que provocó la declaración de guerra de Estados Unidos a Japón y su participación inmediata en la Segunda Guerra Mundial.

Cuatro años después, Japón firmó la rendición en la Bahía de Tokio,  en el acorazado Misuri, que aún descansa en el puerto de Pearl Harbor como museo y solemne recuerdo, visitado por miles de turistas cada año al precio de 16 dólares por entrada. También se puede visitar la península Kalaupapa.

Así es Hawai, donde no existen las preocupaciones y el tiempo parece detenerse.

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