Los pueblos progresan cuando sus mejores hijos asumen con tenacidad, perseverancia y responsabilidad ciudadana su rol de contribuyente.

Cuando aportan al desarrollo cargados de fe y confianza en el porvenir de la nación.

Esos, y no otros, son los ejemplos que han reafirmado en los últimos años don Mario Lama, las familias González Cuadra, González Corripio (el Grupo CCN) y don Román Ramos, con la apertura de nuevos centros comerciales en la Capital y otras ciudades.

Y en la misma dirección, vale resaltar los esfuerzos progresistas de don Juan Ramos Vicente (La Cadena) y Rafael Monestina (SM Bravo).

Esas iniciativas tienen mayor valor en momentos en que naciones capitalistas se debaten entre incertidumbre y dificultades, por el estrepitoso derrumbe de sus mercados financieros.

Se trata de grupos empresariales locales con gran visión de futuro y la mirada puesta en el bienestar de la patria.

En la medida en que se multiplican las oportunidades de empleos – y son miles los que han creado esas empresas – se mueve la rueda del progreso.

Los dominicanos han ido adquiriendo mayor conciencia acerca del consumo de bienes y la adquisición de servicios de calidad. Se podría afirmar que tratan de alcanzar la adultez en ese práctico sentido.

La población procura encontrar en lugares seguros los productos que le son indispensables para su vida. Y si están a su merced bajo un mismo techo, con mayor razón.

Se avecina la entrada en operación de otras importantes plazas capitalinas. La competencia es saludable. ¡Enhorabuena!