Hay muchos policías vinculados a delitos

<P>Hay muchos policías vinculados a delitos</P>

En los últimos años, la Policía Nacional ha servido de protección para  muchos de sus miembros que se han dedicado a la comisión de actos ajenos a la institución, actos abiertamente delincuenciales. Las denuncias sobre el particular han sido verificadas en no pocos casos por las mismas autoridades de la PN. En algunos casos se ha llegado a tener que trasladar, incluso, a dotaciones completas por la  connivencia de sus miembros con el narcotráfico. Las principales denuncias de la población tienen que ver con la participación de agentes del orden en atracos, en secuestros y en protección a quienes trafican y venden drogas. La mayoría de estos casos está documentada en investigaciones. 

A fuerza de complicidad, permisividad y ambiciones espurias, la Policía Nacional se convirtió para muchos de sus agentes en refugio de delincuentes. Más de treinta mil hombres y mujeres entre los que un número indeterminado –muchos para unos,  de 10 a 20% para otros-, son ladrones, narcotraficantes, asesinos, malhechores dotados de armas, de recursos logísticos y tecnológicos por el Estado, costeados con el dinero de los contribuyentes.

Así se configura el rostro siniestro de la PN, con un perfil contrapuesto al del auténtico centinela del orden. A la institución ingresan truhanes y delincuentes en potencia, muchos sin hogares ni escuela, analfabetos funcionales, resentidos, agresivos, brutales. Algunos con severos trastornos conductuales, baja autoestima, la moral en el suelo. Otros son dominados por sentimientos de frustración e impotencia.

  “Hay policías con la mente carcomida por los problemas que arrastran-dice un agente-, vienen de hogares destruidos o sufrieron maltrato, y se enganchan para descargar en otros eso que llevan dentro, de cualquier cosita explotan. Yo vengo de un matrimonio con mucha violencia, tuve que dejar el estudio porque no se me metía la clase en la mente por el hambre”.

Solos o en grupo, en bandas policiales o asociados a civiles protagonizan robos y asaltos, homicidios, abusos y torturas, violación de derechos. ¿Quiénes son? ¿Cómo identificarlos? Difícilmente los ciudadanos puedan distinguirlos del policía honesto cuando se le acercan confiados o al mandarlos a parar, a cumplir una orden. No obstante, dentro de la PN muchos saben cuál responde al calificativo de mano dura, matón o liquidador, cuáles son los que “resuelven”, los enlaces de narcotraficantes. No más de uno o dos entre diez, afirma un general que en forma empírica hace tal deducción, pues  no existe ningún aval científico.

Pocos o muchos, sus acciones los delatan, aunque a menudo no trascienden. Y, sin dudas, son cada vez más. ¿Por qué? ¿Desde cuándo se van aislando de sus funciones, arrastrados por la corrupción? A partir del momento en que el Estado y el poder político se olvidaron de la PN  como institución de servicio, sostiene un coronel, y agrega:

__Sólo se habla de que hay que proteger a la gente, ¿y quienes los protegen?, son esos agentes a los que el Estado les da unas armas y un poder legal para  desempeñar esas funciones. Pero se han olvidado de ellos, manteniéndolos con salarios paupérrimos. El narco observó eso, ha dicho ¡ah¡, pero esos son los que nos persiguen y viven en la orfandad, vamos a darle RD$20,000, RD$50,000, RD$100,000 para que nos sirvan de protección. Y si de un punto de droga le dicen ven a buscar  RD$2,500, hay que ver que eso es la mitad de su sueldo. Hay policías que lo piensan para meterse en eso, pero la necesidad tiene cara de hereje.

Cierto, mas no siempre la delincuencia policial se origina en necesidades básicas, opina un general, enfatizando el gran deterioro moral en la sociedad, al que no escapa la PN. A veces -agrega- obedece a deseos de autorrealización, por vanidad, tener un carro de lujo, prendas, muchas mujeres, estar en la cima de la pirámide social, ganar un estatus, no para sobrevivir. 

__Estos, por lo general, son delincuentes organizados, los más peligrosos, porque se sientan a calcular, a planificar, buscan integrar otras personas para que sean parte del equipo. En ocasiones son protegidos por oficiales de todas las posiciones y en todos estamentos de poder, cuando digo todos es absolutamente todos,  lo puedo asegurar, no tienen límite, porque hay casos importantes del crimen internacional organizado y de lavado en los que hay personas protegidas, y es de alto nivel.

__Con nosotros trabajaba un policía al que conminaron a hacer un atraco a una remesadora donde mataron  dos policías. Lo conocía bien, conocía su familia, no tenía necesidad de hacerlo. Su mamá vive en España y él tenía una casa alquilada por RD$12,000, aparte del sueldo de la PN y algo que le mandaba un tío que era policía y vive en Estados Unidos, era amigo mío y me dijo que se lo protegiera, y cuando necesitaba algo de dinero le daba. Pese a  eso se metió.

Complicidad.  Día tras día escandalizan las historias de crímenes aberrantes, secuestros, violaciones, asaltos,  reafirmando la percepción ciudadana de que la delincuencia  y el crimen organizado ganan la batalla a las autoridades.

 La respuesta policial, su pasividad e inercia, la permisividad o tolerancia ante esos hechos, frente a avezados y reincidentes delincuentes ha sido asombrosa, sospechosa. Por la facilidad e impunidad con que operan,  le atribuyen conexiones dentro de la PN, hacen presumir complicidad.  Oficiales y rasos   protegen o participan en el narcotráfico y otros actos ilícitos, incluso dotaciones completas como las de Bonao, Baní y Puerto Plata.

Otros casos  les anteceden. Años atrás la dotación policial de Villa Consuelo fue  acusada de permitir que en el edificio que aloja el destacamento operara un laboratorio para procesar drogas. Estos testimonios ilustran el involucramiento,  el contubernio:

__Los policías casi siempre permiten la delincuencia o se hacen de la “vista gorda”. Si no hay delincuencia, si no hay droga, ellos no tienen vida, si hay un punto de droga lo dejan operar.

 __Uno no quiere hacer lo mal hecho pero después que está en la PN difícilmente escapa, los pueden llevar hasta el crimen, mandándolos a liquidar a alguien, a matar a un delincuente.

La honestidad es muy difícil en la PN, los inducen, los obligan. Existen policías serios, pero otros tienen   vínculos con el microtráfico de drogas, forman bandas, cometen fechorías contra negocios y personas que transitan por las calles.

Las claves

1.  Malas conductas

 La Dirección de Asuntos Internos de la PN  recibe cientos de denuncias formuladas por ciudadanos afectados con inconductas policiales. Un paso de avance, pero aún se teme delatarlos previendo represalias, un silencio que apuntala la impunidad y alimenta la reincidencia.

2. Corrupción

“Policías que descubren a un narcotraficante  con RD$20,000, ¿van a  llevarlo preso?, no, le dice vete por ahí y él se queda con el dinero. Conozco a un capitán que vivía en un garaje  prestado y lo dividía con una sábana para hacer la salita, y de ahí salió comprando una casa de tres millones de pesos”.

Las frases

Tahira Vargas

Ese comportamiento de corrupción y delin- cuencia en la PN fortale- ce las redes del micro- tráfico de drogas”.

Pedro de Jesús Candelier

La descomposición moral creció en toda la sociedad, no sólo en la PN, hay que enfrentarla”.

Porfirio Rojas Nina

La corrupción administrativa a nivel estatal es la causante de la miseria del pueblo dominicano”.

Denuncian torturas en cuarteles de la PN

Las torturas en los cuarteles y cárceles, censuradas por organismos de derechos humanos, aumentan en vez de erradicarse. Innúmeras denuncias  han hecho familiares de las víctimas sobre torturas infringidas a jóvenes y adultos apresados en barrios. Los maltratan camino al cuartel, donde los golpean con bates, puños y varas. Un método denunciado consiste en colgar a la persona del techo con las manos atadas,  dejarlo colgar y  golpearlo  para que declare, resultando con heridas y fracturas. Muchos tienden a no denunciarlo, temen por su vida y la de su familia. Entrevistados afirman:

A los “liquidadores”  los mandan cuando hay carta blanca para matar un delincuente. Si se niega, si no hace el trabajo porque conoce a la persona, o por cualquier razón, cuando eso se repite mucho, a veces  es silenciado por ellos mismos, lo matan. Los  “cirujanos” son los que dejan inválido al delincuente.

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