Hay protestas contra la cinta

Hay protestas contra la cinta

HONG KONG (AP).- Dirigentes cristianos de toda Asia denunciaron la película  “El código Da Vinci» por temor a que disemine una impresión equivocada del Evangelio y piensan organizar boicots contra la cinta. Grupos cristianos de la India, Malasia, las Filipinas, Singapur, Corea del Sur y Tailandia protestaron o exteriorizaron sus temores en torno a la película. Los grupos lograron persuadir a los censores para que editen la cinta y la India congeló su distribución tras recibir numerosas quejas.

La película, una adaptación de Ron Howard basada en la obra del novelista Dan Brown, parte de la premisa que Jesús se casó con María Magdalena y tuvo hijos con ella, y que sus descendientes siguen entre nosotros.

La película no compite por premios durante las dos semanas del festival de Cannes, realizado del 17 al 28 de mayo.

Los cristianos de Asia están especialmente preocupados por la película al creer que podría amenazar su religión, que es minoritaria en muchos países del continente.

“Si Jesucristo tuvo un hijo y esposa, la cristiandad sería destruida», afirmó Thongchai Pradabchananurat, del Comité Coordinador de las Iglesias Protestantes de Tailandia.

Una coalición de grupos cristianos de Tailandia, cuya población es más del 90% budista y menos del 1% cristiana, exigió que los censores corten los últimos 15 minutos, según los cuales el linaje de Jesús ha sobrevivido hasta nuestros días.

La junta de la censura tailandesa acordó eliminar los últimos 10 minutos, pero el miércoles cambió de opinión, optando por un aviso al comienzo y al final de la película indicando que el contenido es una ficción, como ofreció la empresa distribuidora, Sony Pictures Releasing International.

 En la India, con casi 18 millones de católicos, Joseph Días, director del Foro Secular Católico, comenzó una huelga de hambre en el centro de Bombay porque “quiero que sea prohibida la película».

Los redactores de Associated Press Alisa Tang en Bangkok, Ramola Talwar Badam en Bombay, Oliver Tevese en Manila, y Marta Falconi en Roma contribuyeron a este artículo.

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