Hay que acabar ese banquete

Hay que acabar ese banquete

El dinero de los contribuyentes no puede seguir siendo manejado como una especie de botín del que cada uno toma lo que quiere cuando se le antoje. No puede continuar la práctica de regidores y otros ejecutivos municipales así como legisladores, de aprobarse pensiones cuantiosas al terminar el período para el que fueron elegidos o designados. Es contra la ética legislar en beneficio propio y más cuando se trata de fijar ingresos, pensiones o dádivas.

En varios ayuntamientos del país, entre ellos el de Santiago, regidores y otros ejecutivos que serán sustituidos a partir del 16 de agosto próximo, cuando asumirán sus cargos las autoridades elegidas el 16 de mayo último, pretenden fijarse pensiones cuantiosas. Esta práctica se ha convertido en una regla que perjudica el erario. La fijación de pensiones debe estar sujeta a reglas que no dependan de la voluntad de los propios beneficiarios.

Es necesario cambiar las reglas o costumbres que permiten que diputados se asignen bonos, los senadores el llamado barrilito y los regidores se fijen las pensiones que se les antoje. No se puede ir al Estado con la mente puesta en servirse de sus recursos. Las condiciones para la asignación de recursos por concepto de pensión y otras prestaciones deben quedar definidas de una manera razonable y justa.

 

Que  AMET haga su trabajo

Lo que tenemos en el tránsito es caos y prepotencia de conductores que no respetan las reglas. Es una conducta que existe desde mucho antes de fundada la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), que comenzó bien su trabajo de organizar el tránsito, pero que ha bajado la guardia. Responsabilizar a ese organismo por el desorden en el tránsito no ayuda a resolverlo y, en todo caso, deberíamos estimular a esas autoridades para que hagan lo que tienen que hacer.

 Nuestros malos hábitos de conducción se han impuesto sobre la autoridad y eso no es conveniente. Motociclistas sin cascos ni documentos, choferes públicos indisciplinados, estacionamiento en lugares prohibidos y otras prácticas que provocan caos deben ser combatidas y hay que permitir que AMET haga ese trabajo. Las reglas de circulación están escritas y hay que aplicarlas sin exceso, pero también sin tregua. Hay que ayudar a AMET en esa tarea.

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