Hay que  enseñar a razonar

Hay que  enseñar a razonar

Un estudio patrocinado por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Seescyt) ha arrojado resultados que nos permiten deducir que en nuestras academias pre-universitarias no enseñan a los estudiantes a razonar. Mediante el estudio se comprobó en esos estudiantes un bajo índice de inteligencia académica y, por tanto, poca capacidad para el razonamiento y resolución de problemas. En buen cristiano eso significa que les enseñaron las materias, pero no la forma de aplicarlas en la vida práctica, que es la médula de la verdadera utilidad del  conocimiento.

 Hace poco se divulgó  otro estudio que comprobó que es insuficiente el tiempo de docencia que se imparte en las escuelas públicas de nuestro país. Aquí hay que sumar dos elementos perniciosos, pues a esta insuficiencia se agrega la baja calidad  de la que se deriva el bajo índice de inteligencia académica de nuestros estudiantes pre-universitarios. La consecuencia de todo ello es que una alta proporción llega a las academias de estudios superiores con  lagunas de conocimiento y, fundamentalmente, de aplicación práctica de lo aprendido. Entre asimilar conceptos y aplicarlos de manera práctica hay  diferencias. Hay personas que pueden “recitar” de memoria conceptos asimilados, pero no necesariamente saben darles uso práctico. Hay que enseñar a razonar.

 

Obras que son amor al prójimo

El Colegio Dominicano De la Salle cumple 75 años de vínculo indisoluble con el desarrollo de este país, a través de la excelencia académica que imparte desde sus centros. Es común encontrar que gente egresada de esta academia tenga responsabilidades, directa o indirecta, en grandes decisiones o acontecimientos relacionados con el desarrollo de la República Dominicana en todos los órdenes.

Fueron cinco -cuatro franceses y un cubano- los primeros misioneros lasallistas que llegaron a trabajar al país procedentes de Cuba, en julio de 1933. Poco tiempo después, el 18 de septiembre del mismo año, quedó establecida la primera fundación lasallista. Desde entonces, estos misioneros han multiplicado para beneficio de los dominicanos el trabajo que iniciara en 1679 Juan Bautista De la Salle en su ciudad natal, Reims, en Francia. La obra de amor lasallista es una de las más hermosas en 80 países de los cinco continentes.

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