Hay que fortalecer la educación

Hay que fortalecer la educación

-2 de 2-
“Ningún discípulo es más que su maestro, cuando termine sus estudios a ser como su maestro.” Lucas 40
Ahora ¿Qué tenemos como producto de nuestra escuela? Un joven bachiller o no, médico o ingeniero, abogado o farmacéutico, etc., con un vocabulario mínimo, casi balbuceante y anacoluto sin ningún interés por la precisión y la pureza verbal, que desconoce nuestro propio idioma, y por consiguiente ni hablar que puedan entender el lenguaje de las artes, porque sería mucho pedir, que conocieran que “el arte es el lenguaje con que nos habla la naturaleza”.
El país se ha convertido en un pequeño supermercado con un Congreso de anodinos, incapaces de remodelar una nación que no tiene verdaderos maestros, sin mística, ni metas, ni objetivos, con una juventud que sólo busca lo fácil y placentero.
Quizás Santo Domingo sea ahora una nostalgia que sueña con “el pasado y está enamorado del mercantilismo y piensa que con tantas universidades, institutos y academias, se enrola al tren de la tecnología, produciendo aprendices descerebrados, salvo poquísimas excepciones, porque es lo que reclama nuestra zafia sociedad.
Nuestros maestros de hoy, salvo aquellos que corresponden en su formación, principios y conceptos de la vieja escuela, formados al calor de los ilustres forjadores de nuestra vieja nacionalidad, están incapacitados para preparar un arquetipo de hombre como requiere la nación, completo, aproximado al ideal, aunque no puede ser igual al de la antigüedad clásica, porque el mundo de hoy, requiere otra estructura, aunque no se puede olvidar, que ningún proyecto futuro se podrá erigir el olvido del pasado, la ignorancia ó el menosprecio. El mundo de hoy no es nuevo totalmente, como no lo es la torpeza ni el amor a la humanidad.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas