Hay que olvidarse de la presa de Monte Grande

Hay que olvidarse de la presa de Monte Grande

A la luz de la decisión de las autoridades brasileñas, de paralizar los financiamientos pendientes de los bancos de desarrollo que tenían comprometidos con gobiernos extranjeros, ha colocado al borde del precipicio el proyecto de la presa de Monte Grande. La presa, represando al río Yaque del Sur, era vital para el desarrollo de la región en la cuenca aledaña al Lago Enriquillo. Se proyectaba irrigar unas 400 mil tareas de tierras y abastecer de agua a las poblaciones sureñas muy pobres.
Sin embargo, el primer crédito otorgado por el banco de desarrollo brasileño había sido desembolsado para dotar a la presa de Sabana Yegua, aguas arriba del sitio de la de Monte Grande, del vertedero para desaguar con seguridad el agua de las crecidas de lo cual carecía. Por tanto ese vertedero fue una obra de hormigón monumental construida con casi el total del crédito aprobado y ya está en servicio.
Las autoridades del INDRHI fueron muy hábiles, y por tanto bebieron agua limpia como se dice popularmente, con fines de completar las obras de la presa de Sabana Yegua. La construcción de la estructura de tierra de la presa se había terminado en 1979 y desde entonces había quedado incompleta sin su vertedero. Había entrado en operación en 1980 bajo el gobierno de Don Antonio Guzmán. Estaba en riesgo peligroso si ocurría una creciente milenaria en especial por los aportes de sus importantes afluentes del río Grande del Medio y el de Las Cuevas.
El INDRHI, con el contratista brasileño favorito de la ocasión, y ya con el préstamo aprobado, emprendieron las obras del vertedero para lograr un desembolso rápido. Esto era en previsión de cualquier inconveniente como el que se ha presentado ahora con la suspensión de todos los financiamientos brasileños ante el escándalo mayúsculo del Lava Jato. Se ha manchado la reputación de los políticos más importantes de la izquierda que han gobernado a esa gran nación sudamericana. Y varios dominicanos innombrados.
Tomó tiempo concluir los trabajos del vertedero por dilaciones en los desembolsos, en los trámites del financiamientos y en los incidentes técnicos y dilatorios con excusas hábiles de las partes contratantes. Tales dilaciones fueron postergando el inicio de los trabajos de la presa de Monte Grande. Tan solo se ha construido el campamento general de los contratistas brasileños principales en la comunidad aledaña al sitio de presa en el medio de la nada entre Azua y San Juan.
Los trabajos de recrecimiento de la presa y construcción del vertedero de aguas de crecientes y los arreglos de las compuertas de fondo se elevaron a $185 millones de dólares con el financiamiento brasileño para asegurar el riego de unas 400 mil tareas principalmente en la Plena de Azua a través del canal Ysura. El costo original de la presa fue de $80 millones de dólares en 1979.
Con la ocurrencia del huracán George en 1998 fue necesario desaguar de emergencia el embalse de la presa con un volumen de agua extraordinario que inundó a Tamayo con el agua rebosando por encima del techo de las casas. Esa vez la estructura de la presa estuvo en peligro.
Y el sitio elegido para la presa de Monte Grande está ubicado en una zona de una formación geológica muy inestable. Ojalá que esas dilaciones para iniciar la construcción de la presa permitan profundizar en los estudios técnicos para tener la seguridad que el sitio de presa es estable y adecuado. Es que por los signos visibles de las formaciones geológicas se deducen que son terrenos inestables. Esto se observa en los derrumbes frecuentes en la parte de la carretera a Barahona en la zona de Quita Coraza.
Los trabajos para la seguridad de la presa de Sabana Yegua, inaugurados en noviembre pasado, acapararon casi el total del préstamo contraído con los brasileños por lo cual el proyecto de Monte Grande se quedó sin dinero. Fue necesario negociar otro crédito contando con la generosidad brasileña. Esos turbios manejos de los créditos ha salpicado de mala manera a políticos de ese país así como de otras naciones. Y eso aparte de los ejecutivos de las empresas involucradas en esos jugosos créditos. No sabían que se acercaba el vendaval de las investigaciones del Lava Jato a sus empresas que con tanta asiduidad buscaban llevar a cabo diversos proyectos con la condescendencia de las autoridades locales a la hora de fijar el valor de las obras sobrevaloradas al 30% como se ha ido develando.

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