Hay que parar esos desmanes

Hay que parar esos desmanes

Los períodos de transición para relevo de mandos frecuentemente  han sido aprovechados en el pasado por autoridades salientes para cometer todo tipo de desmanes en perjuicio de los bienes del Estado. Esa conducta parece estar afectando a varios municipios y distritos municipales, cuyas autoridades estarían incurriendo  en  endeudamiento irracional,  aumentos de sueldos exhorbitantes, ocupación de terrenos municipales, otorgar permisos para colmadones en lugares prohibidos.

La denuncia sobre esta práctica fue hecha por síndicos y directores de distritos municipales elegidos en las elecciones de mayo pasado ante representantes de la Cámara de Cuentas y la Contraloría General de la República. Aparte de los efectos sobre los recursos públicos, esta actitud pone en dificultades financieras y de otro carácter a las autoridades municipales entrantes y a los municipios y distritos municipales.

La Contraloría y la Cámara de Cuentas están llamadas a detener estas prácticas y a recomendar que se apliquen sanciones en caso de que se compruebe acciones como las denunciadas por las autoridades municipales electas en mayo. No se puede permitir que los perjuicios contra el patrimonio del Estado queden impunes. Los auditores que se encarguen de investigar la magnitud de estos desmanes.

Récord en feminicidios

En lo que va de año, el país ha registrado 51 asesinatos de mujeres a manos de sus parejas. En promedio, poco más de siete mujeres han sido muertas cada mes en este lapso. La cifra es  demasiado alta. El año pasado, en el mismo período, 41 mujeres perecieron a manos de sus concubinos. En estos siete meses de 2010 hemos superado en 10 la marca de feminicidios de los primeros siete meses del 2009.

Es evidente que el haber quebrado en estos siete meses la marca de feminicidios impuesta en los primeros siete meses de 2009, significa que no hemos avanzado mucho en los esfuerzos por reducir la violencia de género. Quiere decir que está fallando la prevención, que no educamos para la convivencia armoniosa tras una ruptura conyugal, que no se protege adecuadamente a la mujer amenazada, que no hay un seguimiento adecuado a las amenazas denunciadas. En fin, la quiebra de nuestra marca pasada debe movernos a meditar.

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