Hay que preservar al PRD

Hay que preservar al PRD

Pos las recién finalizadas elecciones presidenciales del pasado 20 de mayo, en la que resultó vencedor el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), frente al opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD), donde una gran parte de su dirigencia y militancia culpan de la derrota al Presidente de esa organización, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, y algunos de sus colaboradores, se ha generado una mayúscula crisis institucional, donde se habla de expulsar a los acusados, principalmente al ingeniero Miguel Vargas.

Entendemos que en estos momentos el PRD lo que debe abocarse es a evaluar con profundidad las diferentes causas que incidieron en su derrota. Documentarlas, registrarlas y analizarlas de manera sintetizada y sin prejuicios ni pruebas contra ningún compañero.

Ya se “perdieron” las elecciones, y el partido debe seguir hacia adelante. Considero que los errores cometidos deben ser asumidos por sus principales líderes. Todo se ha consumado en una cuestionada derrota que parece ser irreversible, según escuchamos los ultimatums de la inolvidable Junta Central Electoral.

Lo que procede de inmediato es que tanto el ingeniero Hipólito Mejía y el ingeniero Miguel Vargas Maldonado se sienten en la mesa del diálogo, de la reflexión, a evaluar lo ya concretizado. Ambos dirigentes están obligados ante la base y el pueblo que le dio su voto, a demostrar que como líderes serán lo suficientemente capaces de  subsanar heridas y sentimientos, pensando en un pueblo que lo sigue y espera.

Procede de urgencia iniciar un proceso de reordenamiento y delineamiento de nuevas estratégicas con miras al 2016, y si es necesario, amonestar disciplinariamente a quienes de manera intencionada afectaron al partido. 

Al PRD debemos preservarlo hoy más que nunca. Su norte debe ser que sus líderes se dediquen a preparar y fortalecer al partido, diseñando nuevas tácticas y acciones como organización opositora dispuesta a enfrentar con coraje y decisión a su rival (PLD) el poder que cuenta con todos los poderes a su favor. La lucha es fuerte, pero será su rol asumirla en defensa del pueblo perredeísta y de la sociedad que lo vigila.

El PRD constituye parte vital del activo nacional. Por ende, su permanencia dentro del sistema democrático es necesaria. Los dominicanos estamos en la obligación de cuidar de su existencia por ser una entidad propia del pueblo y no de ningún dirigente en particular.

Lograr una mayor cohesión de su liderazgo dirigencial y su militancia tendrá que ser el nuevo norte a seguir, dejando atrás las luchas internas que en nada remediarán lo pasado.

El pueblo pobre indefenso necesitará de un PRD integrado y luchador que lo defienda y lo oriente sobre lo que se vislumbra en el futuro.  Más de dos millones de dominicanos y dominicanas confiaron su voto al Partido Revolucionario Dominicano, muestra de que es la mayor organización política del país. Así lo ha demostrado, tanto cuando ha sido candidato el ingeniero Vargas como con el ingeniero Mejía; es una realidad que nadie podrá obviar, al contrario, lo que deben hacer los líderes es luchar incansablemente para incrementar su  militancia y prevenir volver a ser derrotado.

Ha que evitar a como dé lugar un mayor divisionismo en el PRD, que prime la sensatez y la armonía, es lo que exige el momento. Que no se destruyan los cimientos del glorioso partido del jacho prendido. Aunque así lo desean algunos.

Es propicia la triste ocasión para que sus altos dirigentes piensen en sus seguidores y el pueblo que le dio su voto. Que mediten, que sin “seguidores” no hay partido, no hay líderes, ni tampoco democracia.

Pues más que el divisionismo, la reinvención de sus organismos. Vemos que a pesar de lo acontecido, hay una lucha generacional y que dialécticamente es inaplazable. El partido necesita un cambio, redefinir sus horizontes y sus actuaciones internas. para volver a lidiar con mejores estrategias y soldados altamente visionarios y fortificados mentalmente.

Nuestra frágil democracia aún necesita del PRD como del PLD y demás entidades políticas. Sí las necesita, pero más democratizadas, fortalecidas, institucionalizadas, reguladas, funcionales, creíbles y que hagan vida con la sociedad.

Se urge de aprobar las leyes y mecanismos que tiendan a disminuir estas actuaciones. Con ellas se fortalece nuestro sistema de partidos

Finalmente, como ciudadano preocupado por el devenir, hago un ferviente llamado al liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano, para que como una familia busque las mejores avenencias, el país hoy más que nunca demande y necesita de su entrega, comprensión para el bienestar del pueblo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas