Hay que salir bien de todo esto

Hay que salir bien de todo esto

Las debilidades institucionales nos acorralan y retan con aire de ultimátum. La falta de leyes electoral y de partidos dejó secuelas que se pusieron de manifiesto en las elecciones de mayo, y escoger nueva membresía para la JCE demanda una sobriedad que no está a la vista. El aparato judicial en su conjunto carga a cuestas una gran cuota de responsabilidad en la descomposición de la seguridad, y es un serio desafío rehacer las altas cortes sin reincidir en el pecado original de dar cabida y potestad a las influencias partidarias.
En otro orden, la estabilidad económica ya exige un cambio de modelo. No es sostenible continuar financiando déficit con endeudamiento y sin dar golpes contundentes a la evasión y la elusión. Subsidiar combustibles para el transporte de pasajeros es alimento para el boa. Es incongruente con la realidad social la prédica del crecimiento económico sin transferir parte de esa bonanza a la población. La ridiculez del salario achica tanto la capacidad adquisitiva, que no da para cubrir los consumos más elementales del trabajador.
La lista de cosas por hacer es grande y exigente. Los cambios anotados -y muchos otros- demandan un ejercicio de la voluntad más pura, de renuncia al éxtasis de la posición dominante donde se hacen las leyes. El país necesita un sólido pacto social que le permita salir airoso de todos estos retos aplazados.

Un paso de avance

Es un paso de avance el hecho de que los partidos políticos hayan accedido a escuchar los pareceres de la sociedad civil para fines de definir el perfil de los nuevos miembros de la JCE y el Tribunal Superior Electoral, así como para la aprobación de las leyes electoral y de partidos. La toma de decisiones que han de tener efectos sobre la vida de la sociedad tiene que alimentarse de las propuestas y opiniones de los más diversos sectores de la vida nacional.
Las iniciativas de los congresistas tienen generalmente el perfil de las organizaciones políticas a las que los legisladores pertenecen. Es prudente que se asuman posiciones en base a consenso con sectores cuyos intereses difieren de los de las organizaciones políticas. Por algo la democracia tiene entre sus cualidades sobresalientes la pluralidad y diversidad de maneras de pensar.

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