Hay que vencer adversidades

Hay que vencer adversidades

Las adversidades han golpeado a los sectores productivos del país por muchos flancos. Las debilidades estructurales se han dejado sentir con mayor fuerza en el curso de la crisis financiera global, cuando han caído las exportaciones por una contracción muy severa de la demanda. Pero esas debilidades no podemos atribuírselas a  la crisis.

Aún aquellas empresas amparadas en regímenes fiscales especiales, como las zonas francas, han tenido que sobrevivir bajo los efectos de una falta de competitividad que en gran medida se debe a costos inflados por insumos como la electricidad. Esos factores tienen una influencia terrible cuando el producto local tiene que competir en el exterior con similares elaborados en condiciones menos onerosas.

La crisis global se disipará, pero esto no tendrá influencia alguna en los factores internos que limitan nuestra competitividad. Hay que trabajar para vencer esas debilidades que no nacieron con la crisis global y que han costado la pérdida de veintenas de miles de plazas de trabajo en zonas francas y otras áreas, así como una merma considerable en nuestros ingresos en divisas. Hay que encarar el problema eléctrico y los demás ingredientes que inflan de manera insoportable los costos de bienes y servicios. Hay que planificar con tino para vencer esas adversidades.

 

Declaración de incompetencia

Lo que hemos escuchado del secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Jaime David Fernández Mirabal, es una deplorable declaración de incompetencia. El país esperaba escuchar que el problema del  tráfico de carbón en la frontera, y más que eso, impedir la tala de árboles, sería la tarea que asumiría Medio Ambiente desde el momento mismo en que el Ejército Nacional empezó a destruir hornos en la divisoria.

Es inadmisible que teniendo el país personal y recursos para hacer valer nuestra soberanía en la frontera estemos ante planteamientos de impotencia o incompetencia que parecen indicar que las cosas seguirán como están. Hay que impedir que los haitianos entren a territorio nacional a talar árboles y hay que procurar que los dominicanos que viven de esta práctica en la frontera cambien de medio de vida. Hay que declarar de prioridad la tarea de preservar nuestros bosques. El momento no es para declaraciones de incompetencia.

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