Hay que zanjar esas diferencias

Hay que zanjar esas diferencias

Entre los cardiólogos y las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) hay discrepancias de índole económica. Los especialistas reclaman mejor paga de las ARS, y éstas alegan que no tienen dinero para aumentar la paga por los servicios cardiológicos. Y en virtud de esta discrepancia, la Sociedad Dominicana de Cardiología ha advertido que sus afiliados podrían optar por negarse a dar sus atenciones a los pacientes asegurados.

Esta es una disputa en la que debe mediar la buena voluntad de las partes, pues de materializar los cardiólogos su amenaza de retiro, los más perjudicados serán los asegurados de bajos ingresos, que gracias a los seguros pueden costear esa asistencia especializada. Los cardiólogos alegan que las ARS les están pagando lo mismo desde 2011, a pesar de que sus costos han aumentado bastante desde entonces.

Creemos que los líderes de la Sociedad Dominicana de Cardiología y la Asociación Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud (ADARS) deberían recurrir al diálogo para zanjar estas diferencias antes de que puedan degenerar en una ruptura que tendría un enorme costo social, por los perjuicios que causaría a miles de pacientes de escasos ingresos que solo disponen del amparo de sus seguros médicos. Ambas partes deben enfocar sus voluntades hacia una solución dialogada.

VIOLENCIA DE GÉNERO 

A pesar de que las autoridades pregonan un descenso del desempleo, el hecho de que se hayan acrecentado los niveles de pobreza en los hogares encabezados por mujeres delata un agravamiento de la exclusión femenina de los medios económicos. El Índice de Feminidad de la Indigencia y de la Pobreza, de la CEPAL, midió que en la República Dominicana los índices de indigencia de los hogares encabezados por mujeres crecieron desde 2013 por encima de la media de toda América Latina.

La medición evidencia una fase de violencia de género basada en la discriminación de la mujer en el reparto de las oportunidades económicas y sociales, un comportamiento que también está a la vista en la distribución de las posiciones políticas en la administración del Estado. En buen cristiano, violencia institucional de género.

 

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