Hay una Cuba bajo tierra

Hay una Cuba bajo tierra

LA HABANA,  Cuba.  Podría pensarse –cuando se afirma con ínfula académica que “hay una Cuba bajo tierra”–, que definitivamente la hermosa isla del Caribe se hundió, ya sea a causa de los embates de la guerra permanente con Estados Unidos y aliados europeos, ya fuera por un terremoto o por una grave crisis existencial.

Pero eso no fue precisamente lo que el académico cubano Darío Machado quiso plantear a un grupo de periodistas dominicanos que asistieron al seminario “Periodismo hipermedia” que se impartió en el prestigioso Instituto Internacional José Martí, que acaba de cumplir, precisamente este mes, sus 27 años. El entrenamiento tuvo lugar a raíz de una alianza estratégica con el Ministerio de Prensa, Relaciones Públicas y Publicidad  de la Presidencia de República Dominicana.

El grupo de periodistas, unos 15 en total, escuchó atento los señalamientos del científico social Machado procurando entenderlo en sus explicaciones. Los comunicadores, jefes de Prensa y de Relaciones Públicas de instituciones estatales dominicanas, llegaron a La Habana el domingo 17 de octubre, pernoctaron en la residencia “El Costillar de Rocinante” del Instituto, y el lunes 18, en el discurrir de la mañana, escuchaban la tercera exposición del seminario, de parte, precisamente del profesor Machado. Previamente se había dado la apertura, la presentación del programa y de los profesores. El profesor Amaury del Valle explicó sobre el tránsito de la web 1.0 a la web 2.0, mientras la profesora Anidelys Rodríguez, joven, bella e inteligente, continuó con la misma temática. Pero  detrás de Rodríguez vino el profesor Machado, desenfadado, sin poses y vistiendo  jeans crema,  franela blanca y zapatos abiertos. Él expuso sobre la situación político-social de Cuba hoy. Fue entonces cuando planteó que “hay una Cuba bajo tierra”. “Estamos frente a un enemigo que no cede en sus amenazas”, expresó el académico.

Explicó que Cuba ha tenido que hacer una gran inversión de su producto interno bruto (PIB) en la construcción de hospitales, comedores, dormitorios y refugios, hangares para aviones, entre otras infraestructuras subterráneas (bunkers). “Eso cuesta. Tenemos que pagar un precio muy alto por ser independientes”, subrayó el científico social con un aval de  diez libros publicados, investigaciones sociopolíticas en países de América Latina y Cuba, conferencias y un arsenal de intervenciones académicas.  Eran los tiempos de la “guerra fría”. Cuba esperaba un ataque inminente de Estados Unidos y se preparaba para lo peor: un zarpazo nuclear a la isla de José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. De ahí que se construyeran refugios subterráneos que se utilizarían para las contingencias mayores. Pero eso le costó muy caro a Cuba; parece que ha dolido bastante el uso de estos recursos para edificar estos bunkers, ya que significó destinar parte importante del PIB para esta defensa que se ha hecho permanente.

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La realidad cubana: jóvenes con tatuajes y aretes

 Machado trató diferentes tópicos de la realidad cubana. Desde la crisis de abastecimiento que sumió a Cuba en un “período especial” (1989…) hasta la realidad de los jóvenes tatuados y con aretes en orejas y narices. ¿Transculturación? ¿Nueva realidad social? Para el profesor Machado es más comprensible ese joven tatuado que aquellos que se ponen una camiseta del Che y no llevan al guerrillero en el corazón.

 Según el académico, la cultura cubana ha sufrido una transformación. Los cubanos hoy son diferentes a causa de un socialismo que, afirma, es una mezcla de conceptos y acciones socio-económicas dirigidas a redimir a la sociedad. Entiende que el socialismo en Cuba todavía está en experimentación.

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