1 de 2
Como muy bien lo define el diccionario de la Lengua Española, especular es comerciar, traficar, procurar provecho o ganancias fuera del tráfico mercantil.
El pastel del negocio de las tierras, solares, parcelas y fincas ganaderas ó agrícolas en el país, está repartido entre un reducido grupo de familias y empresas especializadas, que comparten las utilidades, cuyos mayores y significativos ingresos corresponde a los grupos familiares dueños de las pequeñas y grandes extensiones de terrenos del país, ya que las inmobiliarias y corredores de bienes raíces perciben un modesto porcentaje que alcanza apenas de un cinco a un siete por ciento sobre las ventas, salvo cuando se trata de terrenos propiedad del Estado Dominicano, cuando los corruptos al servicio del Gobierno son los que administran esas ventas, que entonces se trata de sumas millonarias que se reportan a dichos funcionarios y van a parar a sus bolsillos y no a los fondos del Estado, es decir una rentabilidad o plusvalía superior a lo que se obtiene en otros tipos de negocios donde no interviene la corrupción administrativa, por lo cual el costo de las viviendas para las clases humildes se hace imposible que puedan adquirir las llamadas viviendas familiares.
¿Cuál es el motivo de la especulación del suelo? La respuesta es sencilla, la masiva emigración hacia las ciudades ha producido un aumento de la demanda de terrenos para la construcción de viviendas de todos los tipos y la poca tierra útil con los servicios fundamentales para la ejecución de proyectos de viviendas, es decir, no existen urbanizaciones que llenen los requisitos legales y además la gran corrupción administrativa con grandes depósitos ilegales en sus respectivas casas o en Bancos a nombre de sus testaferros, es que esta especulación es tan grande como la de los médicos y clínicas, que es insoportable.
¡Prohibido comprar casas y apartamentos o visitar a los médicos y las farmacias!.