HBO busca su nueva estrategia de negocio

HBO busca  su nueva estrategia de negocio

Richard Plepler, hasta hace poco director ejecutivo de Home Box Office, tenía una frase: HBO es una compañía de medios, no de tecnología.
La afirmación se volvió más radical a medida que pasaban los años, pues aparentemente todas las demás empresas (desde automotrices hasta cadenas de pizzas) se declararon como compañías tecnológicas.

Bajo Plepler, quien asumió la dirección en 2013, HBO no pretendió ser una startup emergente; era una casa de arte, no de ciencia.

La cadena esculpió las mentes más creativas de la televisión, acumuló premios Emmy y generó miles de millones de dólares en ganancias para su matriz, Time Warner.

El 28 de febrero, ese viaje terminó en un baño de sangre nacido de la adquisición corporativa. Plepler anunció su renuncia.
AT&T, que había adquirido Time Warner por 85 mil 400 millones de dólares, acababa de superar el último escollo antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos y se preparaba para reestructurar los activos de lo que ahora se conoce como WarnerMedia LLC.

En unos meses, los ejecutivos de AT&T presentarán un servicio de streaming de video con contenido de WarnerMedia, que incluye marcas como TBS, TNT y Warner Bros. HBO desempeñará un papel crucial, aunque incierto, en la cruzada de AT&T para hacer fortuna en área digital.

Sin embargo, las entrevistas a más de una docena de exempleados de Time Warner y HBO sugieren que potenciar el juego digital de HBO ha sido fuente de frustración para los ejecutivos que lo han intentado.
“HBO ha sido el máximo nudo gordiano”, afirma Jamyn Edis, exvicepresidente del grupo de tecnología de consumo de HBO y hoy profesor en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.
“Ha sido un conjunto de problemas aparentemente irresolubles: contratos a largo plazo escritos años antes de la era digital, ejecutivos que no quieren tocar la vaca lechera de Time Warner, una real aversión institucional hacia la tecnología y las guerras intestinas propias de cualquier organización”, dijo.
AT&T ha reaccionado en un momento en que Netflix, con 58 millones de suscriptores en Estados Unidos y varios millones más por el mundo, ha dejado muy atrás a HBO, cuyo servicio de streaming tiene unos 8 millones de afiliados.

La octava temporada de Game of Thrones de HBO se estrenará el 14 de abril. Hasta entonces, los únicos reinos convulsionados serán aquellos recién conquistados por AT&T, que sufrirán una fuerte reorganización.

Hace veinte años, cuando el miedo al apocalipsis Y2K se apoderó del mundo, HBO fichó a un nuevo director de información, Michael Gabriel, quien había trabajado en el gigante discográfico EMI y vio cómo Napster y otros servicios de descarga causaron estragos en la industria.
Aunque el modelo de negocio de HBO dependía de las relaciones con los distribuidores de cable y satélite, que representaban prácticamente todos los ingresos,

Desde afuera, cuando la gente piensa en HBO piensa en su programación innovadora (The Sopranos, Sex and the City, The Wire y Game of Thrones), pero las personas que han trabajado allí describen una institución rígida. Las decisiones se toman a paso de tortuga y por consenso, los empleados protegen el lucrativo status quo. La empresa tiene ingresos anuales de US$6,600 en 2018 y más de 130 millones de suscriptores de cable y satélite a nivel mundial.

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