El poderoso salto de Gina Mambrú y su estruendoso y peligroso servicio, la han hecho una de las columnas principales en el cuadro abridor de las “Reinas del Caribe” en competencias internacionales.
Sin embargo, en su carrera Gina Mambrú ha tenido que batallar duramente con las lesiones físicas para poder mantenerse.
Al conversar con HOY, la nativa del barrio de Cristo Rey se autodefine como una “guerrera” en la cancha que jamás se da por vencida.

“He tenido que vencer muchas dificultades en este deporte y gracias a Dios aún estoy de pie”, afirmó.
Valora su madre. Expuso que su madre, doña Eusebia Casilla, se tuvo que encargar de ella y sus dos hermanos, ya que su padre, José Manuel Mambrú, vivió por mucho tiempo fuera del país.

Dijo que cuando niña vio todo el sacrificio que tuvo que vivir su madre para sacarla adelante en todas las facetas de la vida.
“Recuerdo que mi madre nos pedía que por nada dejaran los estudios”, dice.
La lesión justamente en Perú.
Gina Mambrú exclamó que en el año 2010 tuvo una lesión muy comprometedora en Perú. “Me salió un coágulo en mi brazo izquierdo. Estaba en el avión y cuando llegamos al país fui directo para una clínica a operarme”, dijo.
Un año después, en 2011, se lastimó su rodilla izquierda y pensó que su carrera profesional en el voleibol habría llegado a su fin. “Fue un momento muy difícil de mi vida, pero Dios me ayudó a salir hacia delante, a partir de ahí, me he cuidado más”, agregó.
Dijo que ahora en Perú lo darán todo para regresar triunfantes.
Gina Mambrú está feliz.