En abril de cada año acostumbro narrar acontecimientos y anécdotas que mucha gente desconoce. Cosas que ocurrieron durante la guerra del 1965, producto del golpe de Estado al primer gobierno democrático elegido luego de la larga y cruenta tiranía trujillista. He mencionado muchos actores amigos. Hoy lo hago con tres más.
Luego del golpe de Estado de septiembre del 1963, se iniciaron acciones para restablecer la constitucionalidad. Estando Bosch exiliado en Puerto Rico, propició un acuerdo entre el PRD y los dirigentes del desaparecido Partido Revolucionario Social Cristiano, que se denominó: Pacto de Río Piedras.
El día 24 de abril, tan pronto Peña Gómez pronunció su famoso discurso radial, anunciando el levantamiento de un grupo de militares en favor de la constitucionalidad, los dirigentes del entonces PRSC hicimos público un documento que igualmente fue leído por las emisoras apoyando la causa y llamando al pueblo a respaldar la lucha por la Constitucionalidad.
Ese mismo día, el querido amigo y eminente cirujano Dr. Luciano Martínez Persia, en ese entonces dirigente Socialcristiano, quien ejercía en su clínica privada en Barahona, me llamó para ofrecer su apoyo y lo que fuera necesario. Tres días después, Luciano Martínez dejó su clínica y vino a Santo Domingo. Fue a mi casa, y al decirle mi papá en lo que estábamos, se apersonó al puente Duarte, donde se escenificaban combates contra el CEFA. Cuanto llegó allí, pronunció unas palabras que deben ser recordadas: “Muchachos, no traigo armas, solo mi maletín médico, pero muchos deseos de contribuir con esta noble causa. También traje en mi carro sandwiches para los combatientes.”
Otro apreciado amigo y destacado economista, Fernando Mangual, dirigente estudiantil del Bloque Revolucionario Universitario Cristiano, se encontraba en Chile haciendo una maestría. Y al producirse los acontecimientos de abril del 65, hizo los aprestos para venir al país y unirse a la causa.
Pero lamentablemente, Mangual, que había sido detenido en una acción de protesta en los días siguientes al Golpe de Estado del 63, figuraba en una lista de personas peligrosas. Por lo que, al regresar al país, días después de iniciada la acción militar, fue apresado en el aeropuerto y conducido a San Isidro donde duró varias semanas arrestado. Gracias a la acción de organismos internacionales y eclesiásticos, no perdió la vida.
Igualmente el destacado gastroenterólogo y querido amigo, Dr. Aldo Russo, que también fue dirigente del BRUC en la UASD, al momento de iniciarse la Guerra de abril del 65, prestaba servicios en el Hospital Salvador B. Gautier. Pero de inmediato se trasladó a la zona constitucionalista a prestar servicios en el Hospital Padre Billini, y se integró al Comando La Vega, que dirigía Domingo de la Mota. Por sus servicios, el Coronel Lora Fernández le otorgó a Aldo, el rango de Oficial Médico.
Los tres queridos amigos a que hago referencia, están gracias a Dios presentes. Ejerciendo sus respectivas profesiones y llevando una vida de bien. Por tales razones, he querido hacer referencia a acciones patrióticas que pocos conocen y merecen ser resaltadas.