Hechos de sangre siembran temor
en las familias de Puerto Plata

<p>Hechos de sangre siembran temor<br/>en las familias de Puerto Plata</p>

POR ARIDIO PERDOMO
PUERTO PLATA.- Los últimos hechos de sangre ocurridos en esta provincia, que han dejado una secuela de muertes violentas, han provocado que las familias de aquí cambien su estilo de vida, principalmente en horas nocturnas.

Los crímenes han abarcado desde abogados, ingenieros, empresarios, inversionistas extranjeros, estudiantes, pescadores, obreros, vigilantes privados y motoconchistas.

La mayoría de estos hechos han sido llevados a cabo por personas desconocidas o sicarios, por encargos, utilizando armas de fuego de diferentes calibres.

En cada hecho de sangre los responsables han utilizado “pasamontañas” para cubrir sus rostros.

El pánico se ha apoderado de los puertoplateños en los últimos meses, debido a que cada crimen cometido se asocia a las drogas.

Los lugares de diversión, discotecas, centros cerveceros, colmadones, restaurantes, bares y lugares populares de expendio de bebidas alcohólicas, que deben cerrar sus puertas en horarios establecidos por las autoridades, han visto descender la asistencia de parroquianos porque muchos prefieren “tomarse un trago en su casa”, y no verse expuestos a un tiroteo de los que constantemente producen personas desconocidas en cualquier punto de esta ciudad.

Fausto López, un estudiante de la carrera de Derecho de una de las universidades que funcionan en esta ciudad, dijo a redactores del periódico EL FARO que “no es lo mismo ahora que en años anteriores, en que nuestro pueblo era un remanso de paz”.

Añadió que los que manejan el negocio de las drogas han cometido una serie de crímenes que “nos obliga a quedarnos en nuestras casas los siete días de la semana”.

López manifestó que los barrios de esta ciudad están invadidos por las drogas, y por tal razón “vemos como a cada instante asesinan a personas en las calles de nuestro pueblo, y las autoridades se muestran indiferentes ante estos hechos”.

Los turistas alojados en los hoteles de Playa Dorada también han entrado en pánico, y no se aventuran a salir en horas de la noche por la avenida de circunvalación Norte (malecón), remodelada hace unos tres meses por el Gobierno, a un costo que sobrepasó los RD$200.0 millones. Pero tampoco se animan a caminar por cualquier calle de la ciudad, por temor a ser asaltados, o cuando menos encontrarse en medio de un tiroteo entre bandas de jóvenes que se disputan el control de los puntos de venta de drogas.

  En los últimos ocho meses, desconocidos que casi siempre se desplazan en potentes motocicletas de las denominadas “saltamontes”, carros y jeepetas con los cristales entintados de negro, han asesinado a tiros a por lo menos 15 personas. De esos hechos, la Policía Nacional apenas ha podido resolver tres.

CRIMENES

Los dos últimos crímenes más sonados fueron llevados a cabo contra el inversionista estadounidense Lloydi Robbins y el fiscal adjunto, licenciado Teódulo Ceballos Peñaló.

Robbin fue hallado muerto con dos tiros en la nuca, en un campo de caña del batey Boca Nueva, del municipio de Montellano. Este hecho ocurrió en la segunda semana del mes de octubre de este año.

Mientras que Ceballos Peñaló fue abatido de un balazo, también en la nuca, por miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) hace dos semanas, en la comunidad de Sosúa Abajo.

  Este último hecho ha provocado indignación en la población puertoplateña, especialmente en Sosúa, debido a que el funcionario del Ministerio Público se caracterizó en el ejercicio de sus funciones por enfrentar el narcotráfico.

Una comisión designada por el procurador general de la República, doctor Radhamés Jiménez, investiga las circunstancias en que fue muerto Ceballos Peñaló, mientras que en la comunidad de Sosúa se aguarda por los resultados de las pesquisas.

La falta de esclarecimiento de estos hechos de sangre ha sembrado el pánico, miedo e impotencia entre los abogados que postulan en los distintos tribunales del Palacio de Justicia de esta ciudad.

LOS ABOGADOS

Una gran cantidad de profesionales del Derecho ha optado por adquirir chalecos anti-balas, con el objetivo de protegerse físicamente.

Se recuerda que el abogado Wilson García, también residente en Sosúa, fue asesinado en su residencia La Estancia, pese a que usaba uno de estos chalecos.

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