Hechos, no palabras

Hechos, no palabras

Los estrategas del gobierno, evidentemente desesperados ante la realidad que se siente en el seno del pueblo reflejado por las encuestas; por el grito de una población que se siente olvidada, engañada y sin esperanzas   luego de largos años de gestión; cansado  del que e’palante que vamos; ante la cruda realidad de  que las cosas han ido empeorando y sin visos de solución; frente a una clase media y la llamada clase pensante que les ha dado las espaldas y se anima con el candidato de la oposición, ahora se inventan  páginas que tratan de presentar unos cuadros con palabras  que tratan  de desvirtuar los hechos.

Utilizando un lenguaje y un estilo propio de los  peledeístas, pretenden justificar todo lo contrario a lo que ocurre, pero no se dan cuenta de que si bien esas publicaciones pudieron tener algún efecto, precisamente en los sectores  empresariales y de clase media alta, que durante los últimos años les dio respaldo,  esos sectores también han recibido el impacto negativo de sus ejecutorias, por lo  que no pueden bajo ninguna circunstancia ignorar la realidad, o sea, los hechos.

Porque los estrategas oficialistas no se dan cuenta de que ya no es con palabras ni con cuadros que se puede hacer ver o hacer  creer a un pueblo las cosas que no existen, tratando de que la gente cambie sus simpatías, sus disgustos o sus percepciones. Ya las épocas de los abracadabras pasó.

Pudieron durante algún tiempo dormir una parte importante de la sociedad, pero los hechos, no solo las palabras, les han demostrado todo lo contrario. Ahora, con figuras y cuadros quieren que la gente, especialmente los segmentos con que contaban y que les dan las espaldas, vuelvan a creer en sus cantos de sirenas. Pretenden con  discursos propios de especialistas, ante  escenarios compuestos por estudiosos o interesados en economía, pintar un cuadro abstracto, porque los hechos, no las palabras, indican todo lo contrario.

La población se hartó de creer en discursos, pues mientras las cosas se dificultan en todos los sentidos: alto costo de la vida, inseguridad ciudadana, falta de empleos, tráfico y consumo de drogas, corrupción administrativa, educación, pérdida de valores, falta de inversión en el sector agropecuario, muchos funcionarios y allegados exhiben riquezas inmensas, muchas inexplicables, que le recuerdan al pueblo aquella coplilla española: “De donde sacan pa’ tanto como destacan”.

Es que la encuesta Gallup-Hoy ha mostrado de forma clara lo que piensa la gente  acerca de los principales problemas existentes en este momento y como consecuencia de esos males, hechos, no palabras, se inclina mayoritariamente por el candidato opositor, Hipólito Mejía.

El 63.4%  gritó contra el alto costo de la vida; el 42.2% contra los robos, asaltos, sicariato y delincuencia; el 40.5% por la escasez de empleo; el 38.2% contra los apagones y falta de energía, y con dos dígitos se manifestó contra el tráfico y consumo de drogas, corrupción administrativa, educación. Hechos, no palabras. 

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