Héctor “El Pequeño” Meléndez estuvo a un tris de ser campeón del mundo

Héctor “El Pequeño” Meléndez estuvo a un tris de ser campeón del mundo

POR CARLOS NINA GóMEZ
Héctor Meléndez… la generación de estos tiempos, ¿ha oído hablar de ese nombre? La pregunta viene a cuentos porque en esta serie de reportajes, en la que el diario HOY hace una radiografía al boxeo profesional de República Dominicana, la gran mayoría de los púgiles quisqueyanos -insertados en sus respectivos expedientes- son conocidos por la ferviente fanaticada boxística.

Claro, los fanáticos veteranos, los que disfrutaron del buen boxeo de las décadas de los 60, 70 y 80, conocen a prácticamente todos los boxeadores de aquellos tiempos, pero también a los de ahora.

Joan Guzmán, el único campeón mundial que tiene el país, -como lo expuso recientemente el doctor Ramón Pina Acevedo, ex-comisionado Nacional de Boxeo-, no tiene mucho arrastre entre la afición.

Y afirmó que Guzmán “no es un ídolo”, pese a que es, también postuló, un estelar peleador y monarca súper gallo avalado por la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

Para conocimiento de los fanáticos de la etapa del boxeo moderno (dominicano), Héctor Meléndez, con el mote de “El Pequeño” Meléndez, se inscribe en la lista de lo más selecto del pugilismo pagado de la nación en la década de los 70.

Figuró, recuerdan miembros de la prensa especializada de la época, en el grupo en el que sobresalían Miguel Montilla, Fausto -Ceja- Rodríguez, Carlos Gil (Caja de Bolas), Ignacio Espinal, Pablito Jiménez, Adriano “Nani” Marrero, Leonardo -Leo- Cruz, Livio Nolasco, los hermanos Vilomar y José Fernández, Ezequiel -Cocoa- Sánchez, Crescencio Fernández, Ramón Sánchez Rosa, entre otros estelares.

 Como se ha escrito, de este grupo la gran mayoría, con excepción de Leo Cruz, no tuvo fortuna para la conquista de coronas mundiales. Se aclara que Leo Cruz, en los años 70, comenzaba a exhibir su calidad.

  La realidad es que Leo Cruz puede ser ubicado, más bien, en la década de los 80 y sus finales, antes de perder su corona el 22 de febrero de 1994. El 12 de junio de 1982 fue cuando se adueñó de la corona mundial del peso súper gallo al derrotar en 15 rounds al argentino Sergio Víctor Palma.

LA CALIDAD  DE MELÉNDEZ

El Pequeño Meléndez, nativo del barrio San Carlos, tuvo una carrera en sentido general positiva.

Su labor fue breve, pues cuando decidió hacer la transición -del boxeo olímpico al profesionalismo- no encontró el camino que buscaba, pues peleaba poco.

Pero sí enseñó, en todas sus peleas, que tenía las condiciones suficientes para -por ejemplo- llegar al estrellato.

Es la opinión que tiene viejos fanáticos dominicanos que le vieron pelear en carteleras montadas en Santo Domingo y Santiago de los Caballeros, básicamente.

Como casi siempre ocurre con los boxeadores quisqueyanos, sobre todo aquellos con capacidad para ir a combates de campeonatos mundiales, este diminuto púgil criollo -con medidas de cinco pies y tres pulgadas- tuvo que emigrar al exterior.

Primero viajó a Estados Unidos y después, de acuerdo con informes hechos llegar al despacho de este periodista, se fue a Puerto Rico donde su estancia fue breve. Donde El Pequeño Meléndez, ya en los 3 ó 4 años finales de su carrera profesional, impresionó con su buen boxeo…y viajó a Venezuela donde tuvo éxito.

En la nación suramericana tuvo un buen ritmo -a nivel de presentaciones en carteles- y sus éxitos fueron mucho mayores que los fracasos. Cuando puso fin a su carrera se quedó en Venezueal donde obtuvo su residencia y allí residió durante más de diez años.

¿Era un buen estilista y técnico?, han preguntado aficionados al boxeo…la respuesta no se hizo esperar: “Claro que era un buen peleador, que dominaba los fundamentos del boxeo y que sabía moverse, con elegancia artística, en el cuadrilátero”.

 Era un eficiente peleador en el pleito cuerpo a cuerpo, sacaba sus manos con una velocidad espantosa y era gran asimilador de golpes.

Su mejor golpe, dicen expertos, era el oupercut, pero también era dueño de un efectivo gancho izquierdo.

A UN TRIS DE SER CAMPEÓN

El Pequeño Pequeño Meléndez, tras exhibir su buen boxeo, encontró la oportunidad que buscaba: Pelear por un título mundial. Fue ayudado por Antonio Martínez (El Arabe) quien siempre fue un protector, aunque no tenía poder económico, de los boxeadores dominicanos.

En principio se hicieron esfuerzos de que el gladiador quisqueyano tuviera la oportunidad de enfrentar en su país al campeón minimosca (108 libras), Sun Jum Kim, de Corea, y avalado por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Después de los contactos hechos por El Arabe Martínez, el 31 de marzo de 1979, se pactó la pelea titular Meléndez-Kim…pero el combate, para desgracia del dominicano, tuvo como escenario Seul, la casa del coreano.

Tres años antes, el 1 de julio de 1976, en combate realizado en Santo Domingo (Palacio de los Deportes), Juan Guzmán le había dado al país su segundo título del mundo…Guzmán, en una sangrienta pelea, derrotó por decisión dividida, al panameño Jaime “El Cieguito” Ríos y conquistó el cetro minimosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

El Pequeño Meléndez , mirando el positivo ejemplo de su compatriota, hizo un gran esfuerzo. Y ofreció una gran demostración -algunos expertos afirman que dio una cátedra de boxeo- al trabajar con alta eficiencia en 15 asaltos.

Cuando el pleito terminó muchos dominicanos se “frotaron las manos” las cuales estaban listas para celebrar el esperado triunfo de su paisano.

Pero una vez más la larga mano mafiosa del boxeo se interpuso…y Sun Jum Kim, con la protección de irrersponsables jueces (?) fue declarado ganador por decisión dividida en 15 intensos rounds.

Por haber sido una pelea bien reñida y en la práctica victoria del quisqueyano, los ejecutivos del CMB, bajó la égida del mexicano José Sulaimán, quien estaba recién llegado a la presidencia de ese organismo al reemplazar a su compatriota Ramón Velázquez, autorizó una pelea de revancha. Esta segunda riña fue realizada, también en Corea, el 21 de octubre del mismo año, 1979.  Sin embargo, el dominicano no fue ni la sombra de lo que había enseñado en el primer pleito…y el coreano, con mejor desempeño, salió airoso. Esta vez el monarca minimosca del CMB mereció, en justa decisión, la victoria en una reyerta que nuevamente se fue a la distancia.

 Se resalta que dos años después, el 13 de marzo de 1981 se firmó una tercera pelea Meléndez-King que tuvo como escenario el Palacio de los Deportes de Santo Domingo…pero en este combate, que ganó el quisqueyano en diez rounds, se realizó sin título en disputa.

En la actualidad, según se reveló a este periódico, El Pequeño Meléndez reside en su país. Vive junto a su familia en el sector Invivienda, de la capital, y desde hace varios años es evangélico.

Llegó a trabajar como asistente de los entrenadores del dominicano Julio César Green cuando éste era el campeón mundial del peso mediano.

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