Un primer teniente piloto de la Fuerza Aérea  y dos pasajeros resultaron muertos la tarde de ayer cuando el helicóptero Colibrí Charli 120 se precipitó a tierra en la comunidad de El Limón, San José de Ocoa, informó anoche el Instituto de Aviación Civil.

Un primer teniente piloto de la Fuerza Aérea Dominicana y dos pasajeros resultaron muertos la tarde de ayer cuando el helicóptero Colibrí Charli 120, matrícula November 871 Sierra Alfa, se precipitó a tierra en la comunidad de El Limón, San José de Ocoa, informó anoche el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC).

Dijo que las víctimas son el primer teniente Wilkler Díaz Romero, piloto de la aeronave, la arquitecta Manuela Checo y su asistente y colega, cuya identidad no ha sido confirmada por las autoridades. Sin embargo, la entidad confirmó que ambas damas laboraban en la secretaría de Relaciones Exteriores.

 El organismo explicó que la aeronave,  propiedad del cónsul dominicano en Haití, Carlos Castillo, despegó a las 2:35 desde el helipuerto del Hotel Santo Domingo. 

Castillo,  aspirante a senador por el Partido de la Liberación Dominicana,  no iba en el aparato.

El IDAC dijo que a las 2:55 de la tarde fue la última vez que el piloto hizo contacto con el Centro de Control y Comunicación de Santo Domingo, solicitando el cierre de su plan de vuelo, ya que tenía a la vista su destino final en la provincia San José de Ocoa.

Precisó que una   hora y 17 minutos  después, a las 3:52, se recibió la información  que se había precipitado un helicóptero en la comunidad  de El Limón.

Explicó que antes de despegar de San José de Ocoa el piloto no se comunicó con las autoridades controladoras áreas, cuando se presume que se produjo el accidente.

Indicó que una comisión de técnicos de la Unidad de Búsqueda y Salvamento del IDAC y los investigadores de accidentes de la Junta de Aviación Civil, asumieron las pesquisas para determinar cuáles fueron las circunstancias que motivaron la precipitación de la aeronave accidentada.

Se dijo que los ocupantes de la aeronave iban a Ocoa a decorar la fundación que preside Castillo.

La zona.  Los pedazos del helicóptero quedaron esparcidos en una montaña que para esta época  casi siempre está cubierta por una densa neblina. Se trata de humedales de pinos altos que dificultan la visión.