Berlín, 30 dic (EFE).- El ex canciller alemán Helmut Kohl, de vacaciones en Sri Lanka cuando se produjo el maremoto, presenció desde el balcón de su habitación de un hotel, en un tercer piso, cómo las olas llevaron destrucción y muerte.

«En la mañana del domingo, hacia las 9 de la mañana, salí al balcón y noté que el mar cambiaba. Después comenzó a formarse una ola enorme con una fuerza increíble. La gente comenzó a gritar y a correr de un lado a otro. La ola arrasó con todo», relata Kohl en una carta que publica hoy el diario «Bild».

En la región de Galle, donde Kohl pasaba sus vacaciones de Navidad haciendo una cura de Ayurveda (método tradicional de salud de la India), el maremoto causó unos 10.000 muertos e incalculables daños materiales.

«El mar se llevó todo en cuestión de segundos. Y claro que vimos muertos», cuenta el ex canciller.

En su hotel no hubo víctimas mortales, pero si daños materiales: «Las olas arrasaron los dos primeros pisos», narra Kohl, que fue junto con otros huéspedes a un hotel próximo a Colombo, tras dos días sin electricidad y agua potable.

«Me vinieron a la mente imágenes de la guerra que viví de joven. Todo quedó como si hubiera habido un fuerte bombardeo», agrega el canciller, que se resistió a la evacuación porque «no quería dar la imagen de que huía. En aquellos momentos, lo más importante para mi era ayudar e intentar organizar la ayuda».

«Vamos a quedarnos en Sri Lanka porque queremos ayudar a poner en marcha proyectos en favor de los niños. No queremos cerrar los ojos ante tanto dolor», asegura el ex canciller y apostilló: «Claro que hay peligro de epidemias. Pero nos quedamos aquí, para dar una señal de que este país tiene un futuro».