Henderson y Rice
Dos inmortales de calibres distintos

<STRONG>Henderson y Rice<BR></STRONG>Dos inmortales de calibres distintos

El Salón de la Fama de Cooperstown recibió dos peloteros con características muy diferentes, y con opiniones variadas sobre uno de ellos realmente merecía el pase a la inmortalidad.

Rickey Henderson y Jim Rice, ambos jardineros izquierdos, fueron exaltados al Salón de la Fama el domingo como los más recientes votados por los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de los Estados Unidos.

En el caso de Henderson, su ingreso fue automático en su primera oportunidad al recibir por encima del 94 por ciento de los votos.

Henderson tuvo una prolongada y exitosa carrera en las mayores, de la cual nunca ha anunciado oficialmente su retiro como profesional.

Jugó por 25 temporadas con nueve equipos diferentes, pero sus mejores años los agotó en dos diferentes estadías con los Atléticos de Oakland.

Con este equipo ganó un título de campeón (1989) y tiene en su haber diversas marcas de todos los tiempos, siendo la de los robos la más importante.

Henderson nunca fue el más rápido del negocio (encontró a Vince Coleman) pero sí el que mejor robaba.

Con 1,406 estafas borró del mapa el récord de Ty Cobb y también se adueñó de la marca de anotadas (2,295) y tuvo la de transferencias (2,190) por un tiempo hasta que fue superado por Barry Bonds.

Rice: ¿realmente lo merecía?.  En el caso de Rice, el término inmortal no parece ser merecedor de ir a su lado.

Rice apenas conectó 382 cuadrangulares en sus 16 temporadas en las mayores y consiguió su boleto a Cooperstown tras 15 años esperando su chance.

¿Si no pudo entrar en los 14 años entrantes, qué hizo para colarse en esta oportunidad?

Por lo visto el tema de los esteroides y el haber jugado en una “era limpia” le habría ayudado.

Con 2,452 imparables y un promedio de por vida de .298, Rice fue un pelotero bueno, pero no uno de la categoría de inmortal.

Pero la prensa de los Estados Unidos lo votó y su entrada a Cooperstown ya es un hecho.

Con dos carreras diferentes aunque en una posición idéntica, Henderson y Rice dejaron sus huellas en el béisbol de las Grandes Ligas.

Lo hicieron con mucha gallardía y hoy son figuras eternas.

Las claves

1. Buen bateador

Además de ser el mejor robador de bases de toda la historia, Henderson también era un gran bateador, y acumuló ocho campañas bateando por encima de .300.

2.  Rice y los 200 hits

Jim Rice bateó más de 200 hits tres veces en su carrera y combinó esos años con más de 20 cuadrangulares conectados.

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