Henry Amador encontró su verdadera pasión en la cocina

Henry Amador encontró su verdadera pasión  en la cocina

Henry Amador, nació en República Dominicana y desde muy joven emigró a la ciudad de Nueva York, donde conoció su vocación un poco por casualidad, yendo a trabajar a un restaurante.

Fascinado por el mundo que existía tras las puertas de vaivén de la cocina, decidió estudiar gastronomía y desde entonces quedó “atrapado”, según sus palabras, en una aventura gastronómica que ya lleva 20 años.

Desde entonces no ha apagado fogones. Durante un buen tiempo trabajó en el Trump International Hotel & Tower New York, propiedad del magnate Donald Trump, donde tuvo la oportunidad de perfeccionar sus técnicas culinarias, al punto que ha elaborado buffets hasta para unas ochocientas personas.

Hoy en día es el chef ejecutivo del club privado de del equipo de básquetbol de los Knicks de Nueva York, donde ha tenido la oportunidad de cocinar para grandes figuras del jet set internacional como la cantante Beyonce, la ex estrella de la NBA Michael Jordan, la ex Miss Universo dominicana Amelia Vega y otras figuras que se reúnen en ese club privado con las estrellas del equipo de basket.

Y aunque no ha hecho carrera en este su país de origen, no destacarta algún día poder montar su propio restaurante aquí. Conversamos con él durante una visita familiar a su tierra y nos platicó desde su especialidad hasta el ingrediente que no puede faltar en su cocina.

¿Cuál es su especialidad y cuál es su mejor plato? Cocina internacional, especialmente italiana. El plato que mejor me queda es costillas de ovejo al horno con un puré de zanahorias.

¿Cuáles son los tres productos más importantes de su cocina? Pimienta, sal y ajo.

¿Qué no puede faltar en su cocina? Ajo. Es un producto que me fascina, es imprescindible para mí.

¿Qué es lo que más valora de un plato? Valoro mucho la creatividad, pero siempre estoy más a favor de una buena presentación.

¿Qué opina del estado actual gastronomía dominicana? Muy bueno. Sin embargo opino que los dueños de hoteles, de restaurantes y personas ligadas al sector deben unirse y crear una buena escuela culinaria para la formación de buenos chefs.

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