Si de algo estaba consciente el jardinero izquierdo Henry Rodríguez era de la importancia que representaba su turno con bases llenas para los Tigres del Licey, por lo que se empleó a fondo para sacar la bola fuera del parque.

Así lo expresó el propio pelotero luego del partido que los azules vencieron a los Gigantes del Cibao 12-6, para poner la serie a sólo un juego para que los Tigres se coronen campeones del torneo de béisbol invernal 2003-04, dedicado a Héctor -Bullo- Stéffani in memoriam.

«Fui al plato con la intención de producir y con Dios delante lo logré al poder conectar una recta por encima de la pared del bosque derecho con las almohadillas cogestionadas que puso adelante a mi equipo «, explicó Rodríguez.

Indicó que parte de su éxito se lo debe a la confianza que le ha dado el dirigente Many Acta y a la recuperación total de su dolencia en la espalda.

«No hay dudas de que desde ahora en adelante la fanaticada de los azules podrán volver a contar con mi bate, ya que me siento recuperado tolamente de las lesiones», comentó.

Rodríguez fue el héroe del partido que su equipo venció 12 vueltas por 6 a los Gigantes del Cibao al conectar dos cuadrangulares y remolcar cinco anotaciones.

«Fue grandisoso poder volver ayudar a los Tigres del Licey, ya que que representa mucho tanto para mí como para mi familia y seguidores, ya que soy un pelotero azul de pura sangre», comentó Rodríguez.

Sobre el conjunto de los Gigantes dijo que «tienen un gran equipo pero con muy poca madurez, por lo que quizás con el tiempo sean mejores».