Herederos de malas herencias

Herederos de malas herencias

CÉSAR PÉREZ
Muchos expresan estupor ante el modo de hacer política del candidato del Partido Reformista Social Cristiano, PRSC, Amable Aristy Castro. De ese partido siguen saliendo dirigentes, que ante el desconcierto de otros tantos, son acogidos y acomodados en primera fila en el pelotón de tránsfugas que a todo vapor está integrando el presidente-candidato del Partido de la Liberación Nacional, PLD. Ninguno de estos hechos es casual.

En efecto, el candidato del PRSC se ha ganado una justa fama de practicar el clientelismo político hasta los niveles del descaro y el desenfreno. En mítines y caminatas políticas no propaga ideas, sino que reparte dinero, el dinero que los sistemas político electoral nos hacen pagar a los partidos para financiar sus campañas. Ese candidato ha sido denostado y hasta ridiculizado por muchos de sus “compatriotas”, considerando que es inaceptable que ostente la candidatura presidencial de su partido.

Ante semejante circunstancia, uno tendría que pensar si este candidato y su forma de hacer política es una simple expresión de anomalía, salto o mutación en la evolución de ese partido, o si este candidato no hace más que expresar, de manera grotesca, una herencia dejada por quien fuera el caudillo incuestionable de ese partido.

¿De quién han heredado algunos políticos la práctica de comprar conciencia de los pobres, repartiendo dinero en mítines y dándoles  migajas envueltas en una fundidas? Quién se aprovechó de la pobreza e indigencia y miles de madres, de niñas, niños y adolescentes que todavía hoy día, muchos políticos ponen a madrugar durante los días de las fiestas navideñas para darle un mendrugo de pan y un mísero juguete? Muchos dirigentes reformistas estigmatizan el candidato de su partido. Será bien que pregunten si no están ante de unas de las tantas taras que hereda un sistema político donde la perversidad muchos aún la quieren vender como genialidad política.

Por otro lado, muchos dirigentes del PLD muestran su disgusto por la forma en que su presidente recluta y trata a los disgustados del PRSC y muchos dirigentes de esta última colectividad se quejan de lo que ellos llaman compra y venta de conciencia. Esos dirigentes deberían reflexionar sobre algunos episodios que jalonan la historia de las relaciones entres esos dos partidos, particularmente: el ”frente patriótico”.

No creo que sea sólo el beneficio de los puestos y otras ventajas pecuniarias, el factor determinante para que muchos dirigentes reformistas e incluso de base abandonan su partido y confluyan, casi en su totalidad, en el PLD. Existen coincidencias de orden ideológicas claramente identificables entre ese partido y el PRSC, como ha sido ampliamente demostrado en un ensayo que hube de escribir en septiembre del 1994, que podrían estar gravitando en la producción de un proceso de deterioro y de identidad de ambos partidos.

Sería importante preguntarse si cuando Bosch abandona su genial construcción del bloque histórico de la sociedad dominicana de los años 60,  a través del cual planteaba que división y lucha de clases en esa sociedad se daba entre ricos y pobres, por él llamados tutumpotes e hijos de machepa, fundando luego un partido para situar a la clase media como el motor de lucha política, inconscientemente, no estaba fundando un partido que renunciaba a las aspiraciones de una de las componentes de ese bloque histórico por él  elaborado: los hijos de machepa.

Este hecho, y la insistencia de Bosch de diferenciarse de esos hijos de machepa, que encarnaba el PRD, los llevó a una coincidencia ideológica con el fundador del PRSC, que en tanto confeso conservador, pretendía encarnar la negación del significado de esos hijos de machepa. Esa coincidencia se materializó en términos políticos con el “frente patriótico”. Luego de la conformación ese bloque conservador, constituido en ese momento por esos dos partidos, ha prevalecido uno que cada día crece más a expensa del otro, sin que haya indicios de que esta sangría se detendrá.

La angustia que embarga a muchos dirigentes del PLD y PRSC, por lo manera en cómo estas dos colectividades han evolucionado, no debe limitarse a la simple crítica a los dos candidatos presidenciales y a sus direcciones. Si de verdad quieren corregir esa evolución, deben indagar sobre el significado de lo que ambos candidatos han heredado de sus maestros.

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