Siempre es poco cuanto aportan los gobiernos, por mucho que concreticen, cuando de pasar balance se trata al término de un mandato y es lo que intento apretado.

La autopista eléctrica que el presidente Leonel inauguró reciente que conecta la capital con el Cibao, es un aporte encomiable en el suministro confiable a esa zona económica vital del país, aunque se censura, con razón, que el Acuerdo de Madrid I y II han  debido modificarse, no anularse, que sería más caro la sal  que el chivo.  Reformarse, adecuarse, sincerarse.

Los transportistas de pasajeros y carga se yerguen como un poder fáctico que a cada rato consigue chantajear a los gobiernos en procura de ventajas odiosas y en detrimento de los pobres y eso debe concluir, eliminando los carritos de concho por autobuses y transferir ese asunto al sector privado y así obtener seguridad y el escarceo con Industria y Comercio por los precios de los combustibles que son consecuencias de los vaivenes del petróleo.

Dotación de decenas de acueductos son pocos para las demandas, pero ahí están. Y el Consejo Nacional de la Magistratura y una nueva Carta Magna.

El auge criminal y su adendum el sicariato tienen en vilo a gobierno y pueblo, y el asunto radica en educación, empleo, patrullaje y aumento de penas; criminalizar la Ley 241 vital a violadores de luz roja y vía contraria. Y aumentar los salarios policiales.

Es urgente deshaitianizar al país y aplicar la Ley 254-00.

La cuestión final se reduce a si en verdad el presidente Leonel desplegará una ofensiva de campaña sin remilgos a Danilo Medina, porque se especula que no y se rememora la actitud fallida del presidente Salvador Jorge Blanco que prefirió apoyar a Joaquín Balaguer y no a Jacobo Majluta y todos sabemos el percance mortal para Jorge Blanco.

Debemos ser la mayoría que decidamos impedir el retroceso y el desbarajuste económico de 2000-04, empezando por el presidente Leonel.