Herencia endemoniada:
altos y variados impuestos y desempleo

<STRONG>Herencia endemoniada:</STRONG><BR>altos y variados impuestos y desempleo

POR ARTURO MARTÍNEZ M.
Los seguidores de Marx repetían hasta el cansancio características que entendían definían el mercado laboral en países con pobre desarrollo, como el caso de República Dominicana; hablaron de la explotación del trabajador y de las condiciones pobres de trabajo, de enajenación, de salarios de hambre, lo que parece fue la tesis que tomó en cuenta, y en la que se apoyó el Presidente Fernández, cuando dijo y repitió que los empleos de zonas francas eran improductivos, mal pagados, y que desde su punto de vista, podían irse para Haití, es decir, su deprecio fue doble.

Los dominicanos estarían hoy orgullosos de su Presidente, si al tiempo de filosofar de esa manera hubiese tenido una estrategia para sustituir de inmediato los trabajos que consideraba que nada aportaban a la sociedad, por trabajos más productivos, de mejor paga, trabajos excitantes, que hubiesen implicado mejoría en el nivel de vida. Pero resulta que en cuanto empleo, como tampoco en ningún otro sector, nada nuevo tenía el Presidente Fernández y el PLD cuando volvieron al poder, en cambio han encabezado la destrucción de lo que la sociedad había construído; por eso pocos entienden, claro sacando a un lado los embarcados en la reelección, aventura que con toda seguridad zozobrará el 16 de agosto del 2008, la jactancia quiere exhibir el Presidente Fernández y su gobierno, cuando cita cifras inventadas, números increíbles que hablan de la creación de cientos de miles de puestos de trabajo, mientras sólo en las zonas francas se han perdido más de setenta mil de manera directa y cientos de miles indirectos.

Como están dispuestos a lo que sea para mantenerse improductivamente en el poder, para el Presidente Fernández y el PLD no significa lo mismo desempleo e inactividad, los que deambulan por las calles de Santo Domingo, Bonao, La Vega, San Francisco de Macorís, Moca, Salcedo, Santiago, Puerto Plata, La Romana, y en el resto del país, son sólo inactivos porque fueron despedidos de empresas de zonas francas ó de empresas fuera de ellas, inactivos que para el gobierno y las autoridades monetarias permanecen dentro de la fuerza laboral, porque están comprometidos con el chiripeo de tiempo muy parcial. Como es el criterio que han tenido para medir la fuerza de trabajo y para hablar de reducción del desempleo, sólo les faltó sumar los que se dedican a robar celulares, pasolas, prendas, los pandilleros, los que venden drogas, porque siguiendo el criterio del Presidente Fernández, del PLD y de las autoridades monetarias, también están activos. Si son sumados, y deben hacerlo porque de ninguna manera pueden ser discriminados como una fuerza de trabajo, el número del desempleo se reduce aún más, y en el próximo discurso el Presidente Fernández podrá presentar a la Nación logros más impactantes.

Pero es un ejercicio que a ningún sitio específico conducirá, el pueblo dominicano sabe que el Presidente Fernández miente, el alarmante desempleo involuntario se siente donde quiera, los dominicanos son trabajadores por naturaleza sólo que no encuentran qué hacer; se sabe que  tenemos un gobierno que destruye empleos y luego quiere justificarlo con cifras amañadas. Tenemos la responsabilidad de informarnos y sacar conclusiones, no podemos llevarnos del gobierno como tampoco de la oposición; el amigo lector lo invito a que haga un ejercicio, que pregunte a un empresario cualquiera, preferiblemente a uno que sea pequeño ó mediano, la razón por la que despide trabajadores, y la respuesta que tendrá será más ó menos la misma: por los altos costos ocultos y no ocultos que tiene que pagar; se refiere a la gran cantidad de impuestos creados por el Presidente Fernández y el PLD, a los que se suma el costo altísimo de la energía eléctrica, también responsabilidad del Presidente Fernández y del PLD, pasando por las prestaciones laborales y los fondos de pensiones, los aportes a Infotep y continuando con el seguro del empleado y sus familiares. También por la presión de la DGII para cobrar un impuesto sobre la renta de 29 por ciento, además de que ahora se inventa el asunto ese de los reportes mensuales y del número de comprobante fiscal, distorsiones incosteables para el empresario mediano y pequeño, porque para cumplir con las exigencias debe pagar a profesionales.

Si la herencia mayor que dejó el gobierno 1996-2000 fue la desgracia ésta de la capitalización del sector eléctrico, el altísimo costo de la energía eléctrica para los empresarios y familias, el enorme subsidio que se ha perpetuado, la de la actual gestión también del Presidente Fernández y el PLD, además del metro y el subsidio que habrá que buscar a través de nuevos impuestos, sin duda son los altos y variados impuestos que hace imposible producir y vivir en el país, el aumento del desempleo a nivel nacional acompañado con su hermana mayor la delincuencia. Los recursos que el gobierno extrae con los altos impuestos ocultos y no ocultos al trabajo, fácilmente supera el 50% del salario base que el trabajador recibe mensualmente, y aún así tenemos un gobierno que habla de haber creado cientos de miles de empleos. Cuánta incoherencia; no hay que ser economista ni nada parecido para saber que esos impuestos son los que han llevado a la quiebra a muchos negocios y que mantienen desequilibrados a muchos otros; los culpables son el Presidente Fernández y el PLD, que desde el poder se han dedicado a inventar, porque para nada nunca han tenido un plan coherente, como papagayo han copiado el discurso de los Organismos Internacionales, principalmente el FMI, en el gobierno no hay imaginación.

Se entiende la posición de los empresarios, de elevar el salario mínimo en menos de 10%, no convencen sin embargo porque están flojo con el argumento, por miedo ó no se porque razón no  hablan la verdad, la que ellos mismos comentan internamente: que debido a la gran cantidad de impuestos creados por el gobierno del Presidente Fernández y el PLD en las tres reformas tributarias, a lo que se suma la fuerte presión de la DGII, se elimina cualquier posibilidad de complacer al trabajador en su justo reclamo; pero por otro lado, también es de justicia el reclamo del trabajador, de un aumento mucho mayor para superar la pobreza, porque es rigurosamente cierto lo que afirman los sindicatos, que la canasta familiar está por la nube, como consecuencia de un costo de la vida, que en los últimos dos años, ha aumentado en un porcentaje acumulado muy por encima de la cifra inventada por las autoridades monetarias. El gobierno se ha encargado de entrampar la economía empresarial, si el salario mínimo es aumentado de la manera justa reclamada por el trabajador, no cabe duda aumentará aún más el desempleo, para cumplir las empresas no tendrán otra opción que despedir trabajadores, los sustituirá en el proceso de producción, mecanizando etapas  ó simplemente exigiendo a los que se queden dedicar un mayor número de horas de trabajo por el mismo salario. El desempleo también aumentará porque los que reciben un salario por encima del básico, resultarían beneficiados debido a que es necesario mantener el diferencial relativo, es decir, con nuevos despidos (en niveles medios y altos) las empresas tendrán que buscar recursos para atender la exigencia.

El gobierno cargará con las consecuencias sociales y políticas de la imposibilidad de los empresarios de poder complacer al trabajador. Como dije, se trata de un gobierno sin imaginación, pero como quiero tranquilidad,  gratuitamente le adelanto una salida: negociar con los empresarios el aumento del salario básico y no básico, para atender el justo reclamo del trabajador, pero al mismo tiempo permitir que aumente la economía subterranean (la que aumentará de cualquier manera), me refiero a la economía dónde no llega la presión de la DGII y su alocado código fiscal. Es la única manera de complacer al trabajador sin que las empresas se vayan a la quiebra. Porque nadie está obligado a lo imposible, y las empresas, sin importar su tamaño, no pueden pagar los impuestos y las distorsiones creadas por el Presidente Fernández y el PLD, y al mismo tiempo complacer la exigencia del trabajador. El escenario es consecuencia directa de los errores que se han cometido con la politica impositiva en los tres años de desgobierno, cerca de cien mil millones de pesos adicionales en forma de nuevos impuestos el Presidente Fernández y el PLD han tirado por la borda, han sido usados para aumentar el gasto corriente y para financiar un sueño que rápidamente se convierte en pesadilla (me refiero al metro). Para el gobierno no hay más alternativa: ó carga con los costos sociales y políticos, de salarios por debajo del costo de la canasta familiar, lo que le permite continuar con su alocada política de más impuestos y de presión de la DGII, ó negocia con los empresarios el aumento de salario como lo demanda el trabajador (realmente en un porcentaje menor), pero permitiendo que aumente la economía subterranean. Debe escoger.

El próximo gobierno, el que se inaugurará el 16 de agosto del 2008, necesariamente deberá eliminar impuestos para que, en lugar de destruir puestos de trabajo, se construyan nuevas plazas, debe eliminar cargas impositivas que están afectando el trabajo productivo, que desicentivan las inversiones privadas.  Las tasas, que son demasiado altas, deberán reducirse significativamente, y en cuanto al código tributario creado por el Presidente Fernández y el PLD, y que tampoco ellos mismos entienden, porque es el resultado de agregar parchos sobre parchos, deberá simplificarse. La estabilidad macroeconómica deberá mantenerse con menos ingresos gubernamentales y con una mejor gerencia, deberá eliminarse la incertidumbre de la política monetaria actual, me refiero a la sensación del ciclo de quiebra-auge-quiebra, y no sólo en los negocios, también en el Banco Central, por la masiva acumulación de deuda y el temor de una explosión del déficit cuasi fiscal, por efecto de un aumento inesperado del tipo de interés causado externamente. Son retos del próximo gobierno, porque el actual nació sin ideas de nada y así acabará, eso sí después de muchas iniciativas que claramente están destruyendo el país.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas