Herencia que mata

Herencia que mata

Para apartarse de la herencia dejada por los gobiernos del doctor Fernández, y para que esa herencia no le caiga encima y le haga casi imposible gobernar a este pateado país, el presidente Medina tiene los días contados. Con la composición del gabinete, donde parte de la corporación PLD que desfalcó y dañó aún más el país ha sido premiada con su permanencia en el tren del gobierno, ya el Presidente ha perdido la primera batalla de esta guerra.

Parece que tampoco ordenará una auditoría de todos los departamentos, para que el país conozca del desastre que le dejó un señor que ahora se pasea por el mundo, recibiendo premios que no le corresponden.

Al nombrar a la cabeza de la Dirección de Minería a una persona que fue, por décadas, funcionario de la multinacional Falconbridge, el señor Presidente envío otro mensaje: ¡No voy a oponerme a la determinación del imperio norteamericano y de la cúpula económica y social del país, de entregar a la voracidad de las multinacionales, a cambio de espejitos, el oro de nuestras altas montañas!

Espero equivocarme, pero si por esos caminos es que vamos a transitar los dominicanos y dominicanas, de seguro que el horizonte del país es de lucha, y de una lucha que debe abarcar todo el territorio nacional, y que el nuevo Presidente, aún con su intención de hacer cosas que nunca se han hecho, va a cargar con el peso muerto de la herencia dejada por la irresponsable (para no usar otros calificativos) administración del Dr. Fernández y la corporación PLD de la cual es su mentor y principal beneficiario.

Si no ordena una auditoría y le dice al pueblo la verdad del desastre que le dejaron como herencia, muchos tomaremos la iniciativa de decirle la verdad a la nación. Si no deja en manos de los tribunales la responsabilidad de condenar a los desfalcadores, sencillamente el país le hará un juicio moral y político, que pesa mucho más que el judicial, al equipo de la corporación PLD y a su insigne jefe y beneficiario, que se pasea hoy por el mundo exhibiendo la impunidad con la que se paga en estos rincones la prevaricación y el abuso.

Asimismo, si no envía señales claras de que la megaminería que podría destruir el país, no va a ser tolerada, sencillamente obligará a la nación a una lucha que deberá abarcar todo el país.

Es imposible proponer una reforma fiscal y un presupuesto si primero el señor Presidente no envía señales claras sobre estos y otros graves problemas que afectan a la nación.

¡Austeridad para la administración! ¡Denuncia de los dasfalcadores! ¡No a la megaminería!

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