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SANTIAGO (AFP).- Chile evoca este domingo el cruento golpe militar que encabezó el general Augusto Pinochet en 1973 y el suicidio del presidente socialista Salvador Allende en el palacio de La Moneda, pero 32 años después aún permanecen en el país las heridas abiertas ese día y las secuelas de una dictadura que dejó más de 3.000 muertos y desaparecidos.
«Importante es entender que hay que aproximarse a estas fechas más bien con un sentido de meditar lo que nos ocurrió, que nos dividimos profundamente los chilenos», dijo el presidente Ricardo Lagos, al expresar su deseo de que la fecha sea recordada en calma y sin los disturbios que el año pasado dejaron 250 detenidos.
«Precisamente por estas fechas es que no queremos los actos de violencia que se vieron» en la semana, dijo Lagos, cuando estudiantes universitarios en Santiago y el puerto de Valparaíso protagonizaron duros enfrentamientos callejeros con la policía militarizada de Carabineros en manifestaciones de protesta contra Pinochet y los militares que enfrentan juicios en los tribunales.
En Santiago y otras ciudades el gobierno autorizó una decena de manifestaciones conmemorativas este domingo, al tiempo que la policía militarizada de Carabineros adoptó medidas especiales para reforzar la seguridad y reprimir posibles brotes de violencia.
«La fuerza pública va a actuar con celo», advirtió el sábado el secretario general de Gobierno, Osvaldo Puccio.
«La idea es evitar situaciones de riesgo», agregó la intendenta (gobernadora) de Santiago, Ximena Rincón, y agregó que «las medidas preventivas siempre son necesarias».
La actividad más significativa será una romería convocada por la Asamblea Nacional de Derechos Humanos en la que numerosas organizaciones marcharán desde el centro de Santiago hasta el Cementerio General en el norte de la ciudad, para rendir homanaje junto a la tumba de Allende y el memorial que conserva los nombres, sobre un muro de mármol blanco, de los más de mil desaparecidos durante la dictadura.
Otro de los objetivos de las organizaciones es «rechazar el proyecto de indulto que pretende dejar en la más absoluta impunidad a los violadores de los derechos humanos», dijo la abogada Julia Urquieta, coordinadora de la Asamblea.
El 19 de agosto el presidente Lagos indultó al ex suboficial Manuel Contreras Donaire, condenado a ocho años de presidio por el asesinato del líder sindical Tucapel Jiménez durante la dictadura de Pinochet, pero la decisión provocó una ola de críticas.
La marcha hacia el cementerio, que también integrará a dirigentes políticos y gremiales y familiares de las víctimas, detendrá su avance por algunos minutos al pasar por un costado del palacio de La Moneda, para depositar ofrendas florales en la Plaza de la Constitución, donde se alza el monumento al presidente Allende.
El mandatario socialista, primer líder marxista elegido por votación popular el 4 de septiembre de 1970, se suicidó a los 63 años con un fusil que le había obsequiado su amigo, el presidente cubano, Fidel Castro, según los testimonios de los médicos y otros colaboradores que permanecieron junto a él mientras la sede de gobierno enfrentaba el ataque terrestre y el bombardeo aéreo de los militares alzados.
«Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor», dijo Allende en su último mensaje al país difundido por Radio Magallanes, antes de que sus transmisiones fueran silenciadas por los golpistas.
En el interior del palacio, 32 años después, la viuda de Allende, Hortensia Bussi, y otros familiares concurrirán a una misa este domingo, para orar por el mandatario y las víctimas que murieron cuando intentaron oponer resistencia al asalto final de los militares alzados.
