Heridos abarrotaron emergencias Aybar,
el Darío y Moscoso Puello

Heridos abarrotaron emergencias Aybar,<br/>el Darío y Moscoso Puello

POR ALTAGRACIA ORTIZ G.
Las emergencias de los hospitales Darío Contreras, Luis Eduardo Aybar y Francisco Moscoso Puello estuvieron abarrotadas de heridos de riñas, machetazos, botellazos, accidentes automovilísticos, de motocicletas e intoxicaciones alcohólicas y alimenticias.

Aunque las estadísticas estaban sesgadas por las horas en que fueron recopiladas, se informó de la muerte de cinco personas en la emergencia del hospital Francisco Moscoso Puello y dos que llegaron muertos a la emergencia del hospital Darío Contreras.

El tufo a alcohol se sentía entre las decenas de heridos que llegaban uno tras otros a las emergencias del Darío Contreras y el Francisco Moscoso Puello. “Esto parece una selva, es inconcebible que la gente se agreda así sólo porque terminó un año”, dijo a los periodistas una residente de emergenciología que a las 9:00 de la mañana no había podido entregar su turno.

La situación fue similar en los tres hospitales con capacidad para recibir mayor número de pacientes. Sin embargo, las salas de cuidados intensivos no estaban repletas, lo que indica que las personas heridas eran despachadas a sus casas, después de curadas o cosidas.

Del 30 al 31 de diciembre del pasado año se registraron 206 emergencias, la mayoría de accidentes automovilísticos, de motocicletas, de armas bancas y de fuego, agresiones y botellazos.

De la cantidad de emergencias, 156 eran hombres y 50 mujeres. Esos días se ingresaron 54 personas, 47 hombres y siete mujeres.

De las 206 emergencias, 30 eran haitianos, de los cuales, 25 fueron hombres y cinco mujeres.

DOLOR, HEDOR A RON, INTOXICACIONES

De 12:30 a 7:30 de la mañana del día primero de enero, la emergencia del Darío Contreras había contabilizado 36 personas heridas, la mayoría a machetazos, heridas en la cara y otras partes del cuerpo. De esta 28 eran hombres y ocho mujeres. La mayor parte de los cuales estaban ingresados.

En el área de emergencia era frecuente observar las expresiones de dolor, la sangre acumulada y la que sacaban los empleados.

Contrario a lo que se hacen en las modernas salas de emergencia de centros de salud con capacidad para menor población, en el Darío Contreras, cualquier pasillo o rincón se convierte en una sala de cura.

Los pacientes se quejan por el dolor de las heridas y cuando hablan el hedor a alcohol inundaba los pasillos. Los médicos no perdían el control, pero las huellas del cansancio se reflejada en sus rostros trasnochados. Sólo el hospital Darío Contreras tuvo sus cifras organizadas y dispuso su entrega a los medios de comunicación, en los demás hospitales se obtuvieron informaciones por los médicos que amanecieron de servicio y por los porteros.

“Esto parecía una carnicería, la gente llegaba herida y sus familiares descontrolados, las riñas llegaban hasta la puerta del hospital”, contó un empleado del Francisco Moscoso Puello. Los heridos procedían de los barrios que circundan el centro asistencial, Villa María, Capotillo, Villa Mella, La Zurza y Brisa del Este.

Empleados del hospital Darío Contreras dijeron a periodistas de HOY que fueron numerosos los casos de personas de esos sectores que llegaron con heridas por armas blancas y de fuego.

ALCOHOLIMETROS

Para algunos médicos como los que amanecieron en la emergencia del hospital Darío Contreras y el director del centro, es necesario mantener las medidas de control contra el uso y venta de alcohol.

En tal sentido, el doctor Héctor Maceo Quezada, director del hospital, señaló que es necesario que se dote a las emergencias de alcoholímetros. Sin esa herramienta, es difícil que se pueda comprobar las razones que originaron una muerte. Qué se puede presentar en un tribunal, si no se han medido los grados de alcohol.

BALA PERDIDA

Aunque no consta en las cifras oficiales, la madrugada del primero de enero, en la comunidad de Bayona, una bala perdida hirió a la niña María Isabel Martínez, de cuatro años de edad.

La bala penetró por el zinc de la vivienda, cuando la niña dormía. La menor fue llevada al hospital Robert Reid Cabral.

En los demás hospitales no hubo reportes de niños heridos por balas perdidas.

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