Heridos Jimaní aseguran tierra tembló esa noche

Heridos Jimaní aseguran tierra tembló esa noche

NEIBA, Baoruco.- Todos los pacientes ingresados a los hospitales aledaños a Jimaní dicen que les pareció que «la tierra tembló» la noche del desastre. La mayor parte de ellos está en estado de shock y no sabe qué hará para reponerse.

Ese es el caso de July Méndez, un técnico de refrigeración que está ingresado en el hospital Jaime Mota, de Barahona, quien perdió a su novia Chimba, de 13 años de edad y con un mes de embarazo. Ninguna institución especializada ha reportado que se produjera un temblor de tierra en Jimaní y la versión se atribuye a las vibraciones provocadas por las grandes piedras que se movieron esa noche.

Cuenta que la noche del 24 de mayo llovía en Jimaní en forma inmisericorde, la tierra pareció temblar, sintió varios relámpagos y la lluvia penetró a su casa.

En la tragedia murieron dos sobrinos suyos, su abuela y su novia Chimba. «Ella tenía un mes de embarazo, pero se perdió todo», confiesa desde su lecho en el hospital de Barahona.

«Mi novia tenía 13 años y estaba embarazada», sostiene.

Méndez cuenta que su hermano de 18 años salvó su vida porque se abrazó a un tanque de gas, pero las aguas lo arrastraron hasta el lago Enriquillo, donde posteriormente fue rescatado por socorristas de la Defensa Civil.

Contó que su hermano después que las bravas aguas del río Blanco lo soltaron, caminó horas por las orillas de la laguna, hasta que se desmayó y despertó cuando estaba en el hospital de Barahona.

La epidemióloga Carmen Rosa Cruz del hospital Jaime Mota de Barahona visita cada día los pacientes que fueron ingresados tras el paso de la riada de Jimaní.

[b]FLUJO DE PACIENTES[/b]

A ese hospital fueron llevados cerca de 80 pacientes, pero era tal la cantidad de heridas y traumas que casi en forma inmediata eran referido a hospitales más especializados de la capital.

En el hospital San Bartolomé de Neiba también fueron llevados numerosos pacientes, más de 100, cuenta la supervisora de las enfermeras.

En el hospital Jaime Mota también quedan unos cuantos pacientes que poco a poco se recuperan de sus heridas, uno ellos es bienvenido Vólquez Heredia, quien logró salvar su vida y la de su familia, «braveando con la naturaleza».

Recuerda que los ruidos eran para volver loco a cualquiera, se escuchaban turnos y la tierra parecía que temblaba. Sabe que es duro volver a Jimaní, pero está dispuesto a echar la pelea, sembrar sus tierras y acabar de criar su familia.

[b]CUADRO DE LOS PACIENTES[/b]

La mayoría de esos pacientes llegaban a los hospitales de la región con cuadro de neumonía, los ojos ciegos por el lodo y el sucio y heridas múltiples en todo el cuerpo.

Pacientes entrevistados en los hospitales del Suroeste valoran el trato que han recibido del personal de salud de esos centros, esa es la opinión de los haitianos y dominicanos.

En el hospital San Bartolomé, de Neiba está ingresada todavía Dilcia Martínez, una mujer de procedencia haitiana de 52 años de edad, pero que lleva 33 años en el país. «Yo ya soy dominicana y he sido cuidada por las enfermeras con mucho amor»», dijo Martínez.

Ella llegó al hospital con heridas múltiples, su espalda había sido trasplantada por la rama de un árbol y en sus piernas debió ser drenada, dado el sucio que guardaban sus heridas.

A ella se le murió su hija que tenía unos cinco meses de embarazo, pero le quedan vivos su esposo y sus seis hijos.

«Yo recuerdo que la tierra tembló, vivieron unos relámpagos y el agua nos arrastraba, pero yo me agarré de Bayahonda, así salvé mi vida, pero mira las heridas que tengo», dijo en un español maltratado.

Contó que también perdió su conuco, sus vacas, las gallinas y varios marranos, pero agradeció a Dios por haberle preservado la vida.

Otro haitiano que todavía permanece en el hospital San Bartolomé es Gustavo Lemoné, quien perdió a cinco hermanos durante la tragedia.

Con voz conmovedora el joven que no pasa de 22 años cuanta como el río se llevó a sus hermanos y a sus animales. Lleva 13 días en el hospital, pero sus piernas heridas, ya han comenzado a responderle.

Los sobrevivientes de la tragedia que llegaban a los hospitales eran en su mayoría hombres y niños, tenían problemas en los oídos, en los pulmones y en la nariz, pero reaccionaban con una limpieza. Estos detalles fueron ofrecidos por la licenciada Lorenza Peña, jefa de las enfermeras del hospital de Neiba.

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