Hoy 
FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Faltándole más de seis meses para completar la primera parte de la vía Santo Domingo-Samaná, su uso parcial por decenas de conductores, constituye un gran alivio para ellos ya que pueden realizar el viaje, desde la avenida Abraham Lincoln hasta la entrada a una Samaná en renovación, en dos horas y 30 minutos.
La construcción de la vía constituye un desafío para el medio ambiente, representando un paso de avance, que si bien hay heridas causadas por el progreso, sus beneficios, por acortar la distancia se convertirán en verdaderos estímulos para un fortalecimiento de la economía de la región que atraviesa la vía, y más cuando se complete con la reconstrucción de la vía Nagua-Samaná, entonces se incorporarán nuevas áreas para un desarrollo turístico de envergadura, que ya de por sí es notable desde que entrara en operación el aeropuerto internacional de El Catey.
Ya por fin los dominicanos podremos disfrutar de la impresionante belleza de la parte occidental de Los Haitises, que si bien han sido heridos por la carretera quizás ahora, al estar a ojos vista de la ciudadanía, se podría desarrollar algún proyecto de consolidación y a la vez asegurarle un futuro a la frágil vegetación de condiciones especiales y solo existentes en esa zona húmeda.
Es indudable que para atravesar las plantaciones de palma africana, se discutió por mucho tiempo la expropiación, ya que es la parte con más atraso de carretera, al igual que la zona en torno al impresionante puente que se construye sobre el río Yuna. Es impostergable un paso a desnivel para que la carretera Bayaguana-Monte Plata no interfiera con la vía.
Los cortes en la roca realizados para preparar el cajón de la carretera son imponentes por la calidad de la roca expuesta, destacando una solidez que se creía existente en determinadas zonas de la Cordillera Central.
Tal presencia de las rocas serviría para determinar la evolución geológica de la isla y arrojaría información del origen de los conos de Los Haitises.
Al mismo tiempo que se abre el progreso la región, la carretera se está convirtiendo en una fuente de accidentes frecuentes y desde la lamentable muerte de quien fuera un destacado funcionario público, hasta tres accidentes ocurridos el pasado día 18, poco antes de yo pasar, exponen la imprudencia de los conductores y del estado actual de la vía en construcción, ya que la misma no resiste velocidades por encima de los 80 kilómetros por hora, provocando severos deslizamientos o espectaculares volteretas. Advertir a los conductores que sean prudentes en el conducir es como arar en el mar y la frecuencia tan alta de accidentes debe movilizar a las autoridades y enfrentar con energía la actitud irreflexiva de los conductores.
La vía a Samaná constituye un gran logro para los inversionistas que apuestan a la rentabilidad con el cobro del peaje en las estaciones diseminadas a lo largo de la vía. A la vez abre las posibilidades del tan soñado anillo vial que una a Samaná con Monte Cristi a todo lo largo de esa atrayente Costa Atlántica.
