Hermana  Fidel Castro
colaboraba  con la CIA

Hermana  Fidel Castro <BR>colaboraba  con la CIA

MIAMI. AP. La hermana menor de Fidel Castro colaboró con la CIA en 1964 después de la revolución cubana, reclutada por la esposa del entonces embajador brasileño en La Habana, según afirmó en una entrevista transmitida por un canal hispano de Miami.

Juanita Castro, de 76 años, inicialmente respaldó a su hermano en 1959 cuando derrocó al dictador Fulgencio Batista, pero rápidamente se desilusionó debido al gran número de ejecuciones ordenadas por el liderazgo de la revolución y la confiscación rampante de las propiedades privadas, relató en declaraciones difundidas el domingo por el canal WLTV-23 de la cadena Univision. 

Su residencia se convirtió en un refugio de los anticomunistas antes de que se escapara de la isla en 1964. Y Fidel Castro ya le había advertido que no se involucrara con los “gusanos”, tal como llamaba peyorativamente a quienes se oponían a la revolución.  Juanita Castro señaló que fue reclutada para trabajar para la CIA por Virginia Leitao da Cunha, esposa del entonces embajador de Brasil en La Habana y posteriormente canciller brasileño, Vasco Leitao Da Cuhna.  Juanita Castro colaboró con la CIA mientras estaba en Cuba y después de su partida. Posteriormente, se radicó en Miami y abrió una farmacia. 

La señora Castro cuenta su historia en una biografía titulada “Fidel y Raúl, mis hermanos. La historia secreta”, que fue publicada el lunes por la editorial Santillana, en Estados Unidos, y en otros países como México, Colombia y España. El libro fue escrito con la colaboración de la periodista Maria Antonieta Collins.  Juanita Castro, que se convirtió en la “agente Donna”, cuenta en sus memorias que el primer contacto se produjo semanas después del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos, cuando viajó a México para reunirse con el funcionario de reclutamiento el 23 de junio de 1961. 

Contó en detalle cómo Leitao da Cunha y su esposa habían dado asilo a muchos revolucionarios durante la dictadura de Batista, y simpatizaron desde un primer momento con el gobierno de Fidel, pero se decepcionaron con el paso del tiempo.  Juanita y Virginia viajaron a México por vías separadas a fin de encontrarse con Tony Sforza, uno de los expertos de la CIA para Cuba, en una suite del recién estrenado Hotel Camino Real de la capital mexicana.

Juanita viajó con el pretexto de ver a Enma, su hermana, a quien no le mencionó el asunto.  Sforza, que se presentó bajo el nombre de Enrique, era pieza clave de la Operación Mangosta, también conocida como Proyecto Cuba. Trabajaba infiltrado en Cuba haciéndose pasar como jugador de casinos, con el nombre falso de Frank Stevens.  La primera misión de la agente Donna se produjo días después, cuando regresó a Cuba con cargamentos de latas en conserva donde iban mensajes y dinero para los hombres de la CIA dentro de la isla.  La CIA se comunicaba con ella por mensajes en clave.

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En EEUU

Cuando acababa de llegar a Estados Unidos, muchos exiliados consideraban a Juanita Castro como una espía comunista. Después ayudó a fundar una organización sin fines de lucro, con el respaldo de la CIA, la cual operaba contra el gobierno cubano.  Durante el gobierno del presidente Richard Nixon, funcionarios de la CIA le dijeron que ya no podían respaldar la lucha clandestina contra Castro por el efecto negativo que ésta tenían en los nexos de EU con la Unión Soviética.

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