POR LLENNIS JIMÉNEZ
El paso de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) a la Policía Nacional la desnaturalizó haciéndola un aparato represivo, para golpear a la ciudadanía, mientras persiste el caos en el transporte y el gobierno no ha decidido todavía si lo que conviene al país es el metro o el motoconcho, consideró ayer el ex director de AMET, Hamlet Hermann.

Dijo que en el transporte se trabaja con la política del péndulo y del bandazo y que los funcionarios del sector transporte creen que a palos y a tiros se van a resolver los problemas o poniendo multas por violación a la Ley de Tránsito.

Advirtió que el país seguirá en el mismo desastre hasta que no se entienda que el transporte es una ciencia y se sepa que la solución se consigue pensando. A su entender, “pensar parece que está prohibido en el gobierno”.

Hermann afirmó que todo el personal de AMET siempre ha sido militar, con conocimiento de matar, por lo que la violencia con los conductores se debe a que no están acostumbrados a bregar con civiles, de ahí que creen que todo se resuelve dando un tiro o un palo.

Precisó que el personal de ese organismo al cometer abusos contra la población demuestra un nivel de ignorancia supina, debido a que no tiene una ley que les diga que hay que secuestrar vehículos o apresar personas porque no estén de acuerdo con la tarifa de los pasajes.

Planteó que los agentes de esa entidad necesitan de entrenamientos, debido a que no se puede llevar a oficial cualquiera del cuerpo armado enseñados a matar.

Hermann planteó que no ha hay criterios para colocar a los agentes y que en su administración trataron de contratar a muchachos académicos para que supervisaran el tránsito.

Hermann declaró, asimismo, que desgraciadamente ninguno de los funcionarios del gobierno que tienen que ver con el sector conoce el transporte como una ciencia de la ingeniería, por lo que lo manejan como burócratas partidarios, como represores de la ciudadanía.

Declaró que la propia AMET se está convirtiendo en violadora de la ley, por lo que el sector transporte necesita de más lógica, razonamiento e inteligencia.

Manifestó que el tránsito ahora es un ambiente de gorilas, de choferes que también creen en la violencia para resolver sus problemas, al igual que la policía de AMET, que es eminentemente violenta, por lo que consideró que alguien debe llamar a la cordura; tarea que encuentra apropiada ejercer el secretario de Interior  Policía, Franklin Almeyda Rancier, por ser la máxima institución de la que depende la Policía Nacional, la que a su vez es rectora de AMET.

Hermann opinó que si el ministro de Interior y Policía no puede actuar en AMET, que entonces lo haga el presidente de la República, “pero alguien tiene que hacer un llamado a la cordura y que se dejen de cometer desatinos y violaciones a la ley de parte de la propia autoridad”.

En otro aspecto, el ex director de AMET manifestó que el gobierno no está cumpliendo con la ley que determina el precio de los combustibles y que eso se evidenció en semana, al rebajar los precios de los combustibles cuando en el mercado internacional el petróleo aumentó. “Están acomodando la ley para evitar problemas políticos. No hay transparencia en eso”.

Se preguntó por qué el gobierno no disminuye el monto de la suma que adquiere por los impuestos de la venta de los combustibles para evitar una crisis económica, ya que el impuesto de los carburantes es un 50%.

Sostuvo que no se ha creado una política de transporte por dos razones: por ignorancia o por mala fe. Puso de ejemplo que en los Estados Unidos la tercera secretaría más importante es la de transporte, contrario a este país, donde lo más importante es lo burocrático o la recaudación.

“Tenemos que aplicar una sola política de transporte. Aquí no puede estar diciendo el señor de la OTTT que hay que fortalecer el motoconcho y, en el otro extremo, Diandino diciendo que lo que hay que hacer es fortalecer el metro”, manifestó.

AMET: ¿Es civil o policial?

El ingeniero Hermann planteó que la AMET es un organismo parte de la Policía, sin embargo, estimó que fue una aberración y una locura ponerla bajo el marco de la institución del orden, violentando todo lo que el presidente Leonel Fernández había planteado, cuando la fundó en 1997.

“Ese fue un disparate de marca mayor, parece como hecho con mala intención o pensando en que podía así, retornar la corrupción que nosotros pudimos vencer a partir de 1997. Tiene que haber una sola política de transporte en este país”, precisó.

Sobre la decisión del gobierno de colocar a la AMET bajo la jurisdicción del director de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) y constructor del metro, Diandino Peña, Hermann reaccionó diciendo que eso no se puede hacer, porque la AMET ya fue transferida a la Policía por el Congreso, a donde deberá volver la decisión de cambiarla.

Sostuvo que se ha perdido la noción de lo que es en realidad AMET y dijo que la represión viene desde la época en que la dirigió el entonces mayor general Pedro de Jesús Candelier.

Expresó que en la actualidad las autoridades no ven el transporte y el tránsito como una cuestión científica, técnica, sino como un elemento de represión, de golpear a la ciudadanía.

Planteó que la AMET fue una entidad eminentemente técnica, que contaba como elemento accesorio, con un grupo de agentes que se ocuparían de poner en vigor las decisiones o los reglamentos y las normas que tuviera la nación o que la propia institución dispusiera.