Hermanos Guillén: Gran tradición y éxito

Hermanos Guillén: Gran tradición y éxito

Yamasá estaba de fiesta el domingo pasado. Feria, eucaristía, procesión, palos, atabales, rezos a San Antonio, muchos colores, gente incontable alegre y feliz: era el ambiente espectacular, que también rendía homenaje a los Hermanos Guillén, a su entrega a la tradición cultural auténtica y milenaria, que perpetua y revitaliza la artesanía taina.

Es una cerámica hermosa de la devoción, sino única como las hay muy pocas en el país. ¡Cuánta satisfacción por esta “marca país”… que nos acerca a los pueblos latinoamericanos, fieles a legados ancestrales! Sus obras de hoy son memoria secular, preservada y recreada, libertad y espiritualidad reencontradas, vueltas materia natural y perfección técnica, placer de ver y de tocar.

En esta simbiosis de ceremonia y regocijo popular, la lluvia brindó frescor, pero breve no quiso impedir ni alterar los movmientos de la gente, su entusiasmo, su orgullo de estar en un lugar privilegiado, la sede, la empresa, los talleres de los Hermanos Guillén. Además, varios invitados especiales, que habían colaborado con los Hermanos Guillén tuvieron la dicha de recibir un verdadero trofeo: la artesanía a menudo se vuelve arte.

Puede leer: ¿Caminas así? Tu forma de andar podría revelar la edad real de tu cerebro

Algo más sobre los Hermanos Guillén

Los hermanos Guillén oriundos del sur profundo del país, nacieron en la provincia de Elías Piña y, a muy temprana edad, se trasladaron a la comunidad de Yamasá, en la provincia de Monte Plata, donde llevaron a cabo sus estudios primarios y secundarios, guiados por la filosofía paterna: capacitarse para emprender sus propios proyectos.

Hacen un curso de cerámica, impartido por la Agencia Española de Cooperación Internacional, en el que Ramón y Jesús Guillén obtienen el título de alfareros. Luego motivados por el interés de conocer y difundir las raíces precolombinas de la cultura dominicana, se integran los demás hermanos, Manuel y Esteban Antonio Guillén.

Entonces, se estableció lo que es hoy en Yamasá la fructífera empresa “Cerámica Taina Hermanos Guillén”, que realiza piezas de barro hechas a mano, sin comparación en el país, reproduciendo esmeradamente figuras tainas.

Esos cuatro alfareros conciben su oficio como rendir tributo a los primeros pobladores de la isla y al ancestro desaparecido, y gracias a su trabajo, réplicas de originales pluriseculares han recorrido varias regiones del mundo, contribuyendo a proyectar la identidad nacional y la calidad artesanal dominicana.

Los Hermanos Guillén con y en el Louvre

Ahora bien, la celebración organizada por los Hermanos Guillén en Yamasá nos recordó un acontecimiento, una alianza provisional extraordinaria. El Museo del Louvre, el más grande y frecuentado del mundo, gracias a la Embajada de Francia en Santo Domingo, presentó en Bellas Artes una exposición muy especial, su “Galería tactil”, réplicas valiosísimas de estatuas antiguas, destinadas a los no-videntes. Se llamaba “Siento, luego Veo”.

Pero la condición era presentar al mismo tiempo una muestra de esculturas hechas en la República Dominicana contemporáneas y otra inspirada por los tiempos antiguos. J uan Trinidad aceptó presentar una individual de esculturas, tallas en madera de muy alto nivel.

La exposición, inspirada de piezas históricas, realizadas a partir de objetos singulares por poblaciones extinguidas, fue un conjunto impresionante de cerámicas labradas por los Hermanos Guillén. Fueron piezas de terracota, proviniendo de los talleres de Yamasá.. Las piezas expuestas en “Sentir, luego Veo”, fruto de estudios e investigaciones arqueológicas, se seleccionaron por su belleza y trascendencia, su índole doméstico o ceremonial, su expresión mágico-religiosa. Eran testimonios y legados de un pasado indoamericano caribeño de gran riqueza artística y cultural.

Vale decir que el Patronato Nacional de Ciegos copatrocinar el evento, y que miles de niños no videntes y videntes visitaron la exposición: estaban encantados, Al fin podían tocar el arte con sus manos… Es más, primero les tapaban los ojos para que “vean” primero con las manos. Por su tamaño, por su índole de objetos usuales pequeños y reconocibles, la cerámica de los Hermanos Guillén les gustó mucho, muchísmo…

Coda

Queremos concluir nuestro texto con dos anécdotas, relacionadas con el Museo de Louvre y los Hermanos Guillén. Esteban Guillén visitó en París al Director Educativo del Louvre, ambos encantados de conocerse. Y me preguntó el alto funcionario del Museo: “¿Todos los dominicanos son tan simpáticos como Esteban Guillén?” Le respondí: “No todos, pero los hay bastantes”.

Luego, el entonces Presidente-Director del Louvre, Henri Loyrette, escribió: “La reproducción de la muy célebre Venus de Milo hace eco al Arte Taíno, el pasado y el presente se mezclan”.

Más leídas