Héroe tuvo virtudes y defectos

Héroe tuvo virtudes y defectos

El catedrático, ex militar y combatiente constitucionalista, Jesús de la Rosa, sostuvo ayer que el líder constitucionalista, coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, tuvo sus virtudes y defectos como ser humano y que en el 1965 no se le podía considerar como un jefe de Estado en el sentido propio de la palabra, porque el pueblo estaba en armas.

«El presidente Caamaño nunca se sentó en un escritorio a despachar decretos ni nombramientos. Había un cuerpo de hombres que ejercieron muy bien sus funciones, como Jottin Cury y una Secretaría de Relaciones Exteriores dirigida por Hugo Tolentino Dipp», dijo De la Rosa, al ser entrevistado por HOY.

Se le preguntó sobre las declaraciones del vicealmirante Manuel Ramón Montes Arache, de que el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó no tenía condiciones para asumir la Presidencia de la República en el 1965, por carecer de la inteligencia necesaria y no ser un militar brillante.

«Caamaño, lo que estaba era organizando tropas. Tenía un nombramiento como Presidente, pero no se puede asemejar lo que hacíamos, con el funcionamiento de un Estado», explicó De la Rosa.

Añadió que a la sazón, ellos constituían un pequeño cuerpo de ejército constitucionalista, escogido al calor de la batalla, un ejército popular y un grupo de intelectuales y artistas que defendían la patria.

Expresó que el caso de Francis Caamaño Deñó, de ser electo Presidente Constitucional, se repitió en todas las instancias del mando constitucionalista y que muchos oficiales subalternos tuvieron que ejercer funciones de oficiales superiores.

Señaló que en la guerra, todos improvisaron, pero dieron por la patria y que ya de por sí, ese aspecto constituye un mérito.

«Que Francis Caamaño pudo haber cometido errores, que pudo haber tenido sus defectos, se trataba de un ser humano como otro cualquiera. No hay un personaje en la historia dominicana, al cual no se le puedan enrostrar errores cometidos, desde Francisco del Rosario Sánchez, pasando por Ramón Matías Mella, Duarte, hasta la historia reciente», sostuvo.

Puntualizó que el que de alguna manera participa en grandes acontecimientos, comete sus errores, «los errores que pudo haber cometido Francis no empañan su grandeza y el papel extraordinario que realizó».

Significó que en la guerra, lo único que se estaba era peleando y que el Presidente de la República, (Caamaño Deñó) andaba con un fusil al hombro y comandando tropas.

Aclaró que antes de la revolución, no tenía el acercamiento que pudo haber tenido Montes Arache con Francis Caamaño, ya que eran militares de la misma promoción.

«Cuando llegué a las Fuerzas Armadas, a la Escuela Naval, ya Caamaño era alférez de navío», dijo.

Expresó que se vieron por primera vez cuando Caamaño llegó al campamento 16 de Agosto, la noche del 24 de abril de 1965, cuando llegó vestido de civil para eludir el cerco de las fuerzas al mando del general retirado Elías Wessin Wessin.

Dijo que a partir de ese momento comenzó a intercambiar con Caamaño Deñó y que después del bombardeo de la Marina de Guerra y de la Fuerza Aérea contra las posiciones constitucionalistas, hubo cierta «debacle» en sus filas, de manera tal que la mayoría de sus oficiales superiores se dispersaron.

«Cuando se reagruparon las fuerzas, hubo la necesidad de improvisar mandos, como por ejemplo, el primer comunicado que tira el comando militar constitucionalista, aparece firmado por Montes Arache, Caamaño Deñó y Miguel Antonio Núñez Nogueras, que eran los tres oficiales superiores. Después aparecemos varios oficiales subalternos que nos tuvieron que elevar de rango para ocupar las posiciones que otros habían abandonado», dijo De la Rosa.

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