Héroes, heroínas y mártires sanitarios del Coronavirus

Héroes, heroínas y mártires sanitarios del Coronavirus

Patólogo forense Sergio Sarita Valdez.

La actual pandemia viral que nos azota con fuerza ciclónica en creciente, nos somete a todos a una durísima prueba solo comparable a la de la influenza o fiebre española de 1918. Cuatro generaciones no conocían algo semejante a esta peste vírica que se destapó a finales del año 2019 en una provincia de la República Popular China y que hoy azota a todos los continentes con efectos devastadores en el europeo, específicamente en Italia y España. Es grande el flujo turístico de ciudadanos italianos y españoles a la República Dominicana y también es considerable el número de dominicanos que residen en esas demarcaciones.

No había que ser sabio ni adivino para predecir que la infección llegaría y se extendería por toda la nación y que golpearía con rudeza a todos los sectores populares del país. Como es sabido, este tipo de enfermedad representa una seria amenaza directa para todo el personal de salud encargado de rendir sus servicios a la población infectada. Muy a pesar de las medidas de bioseguridad que traten de implementarse siempre existirá el riesgo de contaminación y desarrollo de la infección.

Nada es real hasta que es local, tampoco es igual llamar al demonio que verlo llegar. Escuchar con pena el relato de que amistades y conocidos han perecido a consecuencia de esta grave dolencia respiratoria en una cosa, otra es vivir hora por hora la agonía de un colega hermano como es el caso del doctor Antonio Cruz Jiminian, a quien me unen fuertes lazos de amistad y confraternidad. Se que ha sido siempre un luchador incansable, tenaz, optimista y entregado en cuerpo y alma al servicio de los demás. Se trata de un ser humano excepcional con una voz de aliento y una mano dispuesta a dar lo mejor de si   a favor del bienestar comunitario. Para completar el torniquete asfixiante nos golpea también directamente de forma inoportuna y dolorosa, la indeseable visita del coronavirus al Laboratorio Nacional Dr. Defilló y al vecino Instituto Nacional de Patología, en donde han resultado con pruebas positivas parte del personal técnico, administrativo y médico.

Para todos ellos nuestro mas absoluto aliento fraternal y apoyo total, albergando la fe y la esperanza de que, así como han sabido batallar en el sagrado compromiso de cumplir con el deber de servir a sus semejantes, sabrán también mantener la confianza y la firmeza de seguir al pie de la letra las instrucciones médicas, para una recuperación satisfactoria.

Sabemos que estamos en guerra contra una nueva enfermedad para la cual no tenemos al momento un tratamiento eficaz científicamente comprobado, consensuado y aceptado.  Pero todo es asunto de ganar tiempo hasta conseguir una efectiva vacuna y un adecuado tratamiento. Mientras tanto, cuarentena total es la consigna.

Termino con un párrafo de John Donne copiado por Ernest Hemingway en la introducción de su novela Por quién doblan las campanas : “Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti”. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas