Héroes olvidados

Héroes olvidados

Me van a matar- le dijo a Fafa Taveras en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva.

Una Comisión de la OEA venía al país a entrevistarse con los prisioneros políticos. La orden a los presos era la de no hablar entre ellos pero él se le acercó a Fafa, en esa época convertido en otro presidiario en el banquillo de los acusados.

-Me van a llevar a La Vega y allí me van a asesinar.

Se había hecho famoso en La Victoria porque al caer la tarde entonaba el Santo Rosario desde su celda al que se unían los otros presidiarios. Al final de las letanías entonaba su última invocación: ¡Abajo el tirano! Y eso le costó la vida.

-La Iglesia Católica debiera de rescatar del olvido a este héroe olvidado-me dijo Fafa- Cayó en  aras de la Iglesia y nadie ha dicho nada. Hay que rescatarlo del olvido como al chileno Víctor Jara y a los Panfleteros de Santiago.

Cuentan que durante la última visita del tirano a La Romana, de donde era oriundo el héroe, su madre se le acercó indagando sobre su hijo desaparecido. Éste, en el estupor de un Carlos I, después de averiguar el nombre con uno de sus ayudantes, le gritó a la madre: “Ese ya hace tiempo que está muerto por bocón”. Como otra Magdalena camino al Calvario la madre dejó que sus lágrimas contestaran por ella. Lágrimas que han abonado el largo camino del martirio de tantos dominicanos idos a destiempo a un Gólgota innecesario.

Nombre completo: Papilín Peña, nacido en La Romana, mi amigo y compañero. Requiescat in Pace Sempiterna. 

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