Herpes genital, una íntima pesadilla

Herpes genital, una íntima pesadilla

POR ANNA JIMENEZ
Herpes Genital Infección de transmisión sexual causada por virus, que se caracteriza por episodios repetidos que se desarrollan con una erupción de pequeñas ampollas, generalmente dolorosas, sobre los genitales. El herpes genital es ocasionado por dos virus que pertenecen al grupo herpesvirus hominus, conocidos, respectivamente, como herpes simple tipo 1 (HSV-1) y como herpes simple tipo 2 (HSV-2). El HSV-l es responsable, aproximadamente, del 5 al 10% de los herpes genitales.

Ambos virus son transmitidos por contacto sexual. Es normal que ocurra un cruce de infecciones de tipo 1 y 2 durante el contacto sexual oral – genital.

La infección inicial de herpes oral ocurre normalmente en la niñez y no está clasificada como una enfermedad de transmisión sexual. El 80% de la población adulta es candidata a portar el HSV-1 y puede haberlo adquirido de una forma no sexual.

LAS MUJERES

El virus del herpes es de especial importancia en las mujeres por varias razones. Está implicado en el cáncer de cuello uterino, especialmente cuando está presente en combinación con el virus del papiloma humano (HPV), el virus responsable de las verrugas genitales (condiloma). Para las mujeres embarazadas, la presencia de HSV-1, o de HSV-2 sobre los genitales o en el canal de nacimiento, es una amenaza para el bebé. La infección en el bebé puede conducir a una meningitis herpética, a una viremia herpética, a una infección crónica en la piel o, incluso, a la muerte.

La infección por herpes supone un problema especialmente serio en las personas inmunodeprimidas (enfermos de SIDA, personas recibiendo quimioterapia, radioterapia, o que estén tomando dosis elevadas de cortisona). Estas personas pueden sufrir infecciones en varios órganos, como por ejemplo:

Queratitis herpética del ojo.

Infección persistente de la piel y membranas mucosas de la nariz, boca y garganta.

Esófago (esofagitis herpética).

Hígado (hepatitis herpética).

Cerebro (encefalitis).

La prevención es muy difícil desde el momento en que el virus puede contagiarse incluso a partir de personas infectadas que no presentan síntomas. Sin embargo, evitando el contacto directo con una lesión abierta rebajamos el riesgo de infección. Las personas con herpes genital deben evitar el contacto sexual cuando tienen las lesiones activas. Las personas con herpes genital conocido pero sin síntomas clínicos presentes deben informar a su pareja de que tienen la enfermedad. Esto permitirá a ambos usar barreras protectoras (preservativos) para prevenir el contagio.

COMO EVITARLO

El preservativo es la mejor protección frente al herpes genital cuando se es sexualmente activo. El uso sistemático y correcto de un preservativo ayuda a evitar el contagio.

Los preservativos se controlan para asegurar que ese virus no puede pasar través del material del cual están hechos.

Las mujeres embarazadas infectadas con el herpes simple deben hacerse cultivos semanales del cervix y genitales externos para prevenir posibles nuevos brotes. Si los cultivos son positivos, las lesiones activas están presentes y, por ello, se recomienda hacer una cesárea que evite la infección del recién nacido.

Inicialmente, sensación de calor, picor y color rosado.

Ampollas dolorosas llenas de fluido en el área genital o rectal.

Pequeñas ampollas que se funden para formar una ampolla larga.

Costras amarillas que se forman en las ampollas al principio de la fase de curación.

Fiebre suave.

Bultos en la ingle (linfadenopatía inguinal).

Micciones difíciles y dolorosas (disuria).

Micciones titubeantes.

Aumento en la frecuencia y urgencia de las micciones.

Relación sexual dolorosa

Incontinencia urinaria.

Llagas genitales.

CULTIVOS DE LA LESION

Test de Tzanck de la lesión de la piel (muy raramente).

Hay otras enfermedades que tienen síntomas y signos parecidos al herpes genital, por lo que es importante acudir al médico para que realice pruebas de diagnóstico e inicie el tratamiento lo antes posible. Actualmente ningún tratamiento puede curar el herpes genital, pero existen medicamentos antivirales que suprimen la multiplicación del virus, aceleran la curación y disminuyen el malestar. Entre ellos tenemos el aciclovir y recientemente el valaciclovir cuya eficacia y seguridad se ha demostrado en herpes genital agudo y como supresor de recidivas. Así mismo, se ha demostrado su utilidad en la reducción del riesgo de transmisión de este virus. Estos medicamentos tomados en cápsulas o pastillas son más efectivos que en cremas.

El aciclovir oral no cura la infección, pero reduce la duración y severidad de los síntomas en la infección primaria y también reduce la extensión de ataques secundarios. También reduce el riesgo de contagio. Puede usarse en el primer episodio y repetidamente. Para un máximo beneficio durante los brotes, la terapia debe comenzar tan pronto como aparecen los primeros síntomas (anteriores a la úlcera) o en cuanto se notan las ampollas.

El aciclovir tópico es también efectivo, pero debe ser aplicado más de 5 veces al día. Durante las primeras 24 horas es conveniente aplicar la pomada cada hora, lo que reducirá mucho el tiempo de curación.

Los baños calientes pueden aliviar el dolor asociado a las lesiones genitales. También se recomienda una limpieza muy suave con agua y jabón. Si aparecen las lesiones de la infección secundaria en la piel, puede ser necesario un antibiótico tópico como Neomicina, Polimixina B y Bacitracina en pomada. A veces también pueden necesitarse antibióticos orales.

Si las recurrencias no son muy frecuentes y la persona está familiarizada con los síntomas y signos iniciales de las recurrencias (picor, hormigueo, dolor de espalda y a lo largo de la parte posterior de la pierna) el tratamiento puede usarse para parar o suprimir estos episodios (tratamiento episódico). Sin embargo, si las recurrencias son frecuentes, graves o afectan a la vida de la persona, puede ser necesario tomar la medicación a diario durante un período de tiempo para prevenir las recurrencias, constituyendo un tratamiento de mantenimiento.

La resistencia al aciclovir en el herpes se nota enseguida. Si los síntomas no mejoran rápidamente con aciclovir, está indicada una nueva evaluación de su médico.

Una vez infectado, el virus permanece en su cuerpo para el resto de la vida. Algunas personas nunca vuelven a tener otro episodio en su vida y otras tienen frecuentes brotes durante el año. Las infecciones tienden a aparecer después de la relación sexual, exposición solar, y después de situaciones de stress. En individuos con un sistema inmune normal, el herpes genital permanece como dormido, pero la amenaza esta ahí siempre.

Enfermedad recurrente (frecuentemente).

Encefalitis (raramente).

Expansión del virus a otros órganos del cuerpo en gente inmunodeprimida.

Mielopatía transversa.

Incontinencia.

Llame a su médico si tiene algún síntoma indicativo de herpes genital.

INCIDENCIA DE LA ENFERMEDAD EN LA POBLACIÓN MASCULINA Y FEMENINA

La incidencia total de herpes genital está estimada en 1 de cada 1000 personas. La infección inicial de HSV-1 o HSV-2 está caracterizada por signos y síntomas sistémicos (por todo el cuerpo) así como también por signos y síntomas locales. Entre los síntomas sistémicos están la fiebre, malestar, dolor generalizado (mialgia) y disminución del apetito. Los síntomas localizados se describen más adelante.

Cuando el virus es transmitido por las secreciones de la mucosa oral o genital, la lesión inicial se localiza sobre la región sobre la que se produce la transmisión. Los lugares más habituales son: glande y otras partes del pene, y el escroto en hombres; vulva, vagina y cervix, en mujeres. La boca, ano y cara interna de los muslos puede también ser un sitio de infección en ambos sexos.

Antes de la aparición de las ampollas, el individuo infectado experimenta un aumento de sensibilidad, quemazón o dolor en la piel, en el lugar en el cual aparecerán éstas. La piel se enrojece y se llena de múltiples vesículas pequeñas, enrojecidas y llenas de un fluido de color claro amarillento. Las ampollas se rompen dejando llagas dolorosas que, eventualmente, forman una costra y sanan en un periodo de 7 a 14 días. El brote puede estar acompañado de malestar y engrosamiento de los nódulos de la zona inguinal. En las mujeres puede aparecer una descarga vaginal y dolor al orinar (disuria). Los hombres pueden tener disuria si la lesión está cerca de la apertura de la uretra (meato).

Una vez que una persona se infecta, el virus se establece en el interior de las células nerviosas fuera del alcance de los anticuerpos. El cuerpo intenta combatirlo pero esta lucha no tiene final. El virus puede, de este modo, permanecer latente (periodo de «latencia») durante un tiempo más o menos extenso, pero repentinamente la infección se reactiva y el individuo tiene otro ataque de dolor y ampollas. Los ataques recurrentes pueden ser raros, ocurriendo sólo una vez al año, o tan frecuentes que los síntomas parecen continuos. Estos ataques recurrentes pueden ser precipitados por muchas causas como la irritación mecánica, la menstruación, la fatiga, las quemaduras del sol y otras. Las infecciones recurrentes en hombres son generalmente más leves y de duración más corta que en mujeres.

La investigación sugiere que el virus puede transmitirse a la pareja incluso cuando la enfermedad parece clínicamente ausente, de modo que una pareja sexual sin lesiones aparentes puede transmitir la enfermedad. Una diseminación asintomática puede contribuir realmente más a la diseminación del herpes genital que la misma enfermedad activa.

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