Herramienta para el progreso

Herramienta para el progreso

La República Dominicana está entre los países de América Latina con mayor desarrollo de las telecomunicaciones, pero aún  tiene asignaturas pendientes en cuanto a convertir estos servicios en herramientas para el desarrollo humano. Nuestra incursión en este ámbito data de la primera ocupación militar estadounidense a nuestro país (1916-1924), cuando fueron instalados equipos radiotelegráficos para fines estratégicos que más adelante inspiraron las comunicaciones de aficionados y posteriormente las comerciales.

A propósito de que ayer se conmemoró el Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, cabe traer a colación que a pesar del desarrollo comercial logrado en la materia, todavía el país mantiene fuertes obstáculos que impiden una mayor influencia de las telecomunicaciones en el desarrollo humano. Muchos factores, entre éstos las altas cargas fiscales, mantienen lejos del alcance de los más pobres los beneficios de la internet como herramienta para la enseñanza. Sigue siendo enorme la brecha digital, 

Pese a que tenemos las tarifas más altas en servicios de comunicación de voz y data, el país tiene una de las densidades más altas en cuentas de telefonía móvil. Está pendiente  lograr que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se pongan más al servicio del desarrollo humano.

Las pensiones de los cañeros

Recientemente el  Poder Ejecutivo anunció el pago de pensiones a más de dos mil trabajadores azucareros que por más de una década han estado reclamando esas prestaciones.

Después de ese anuncio, voceros de los trabajadores han dicho que en la lista de los que recibirían las pensiones no están todos los que deberían estar. El director del IDSS, Sabino Báez, afirma que se está trabajando para solucionar el impasse.

Para el Estado fue absolutamente fácil reclutar a esa gente y ponerla a trabajar en los ingenios y plantaciones cañeras. También fue fácil dejarlos cesantes teniendo pendiente las prestaciones que en más de diez años no han sido pagadas.

La tardanza en el pago de las pensiones representa un atropello que puede ser subsanado agilizando el pago de esas prestaciones.

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