Una de las principales características que diferencia a los seres humanos de los animales es el uso de herramientas. Nuestros antepasados vieron la necesidad de descubrir y fabricar utensilios que les facilitaran realizar tareas que con sus propias manos les era difícil o imposible de hacer.
De los utensilios pasaron a las herramientas, que podemos definir como aquellos útiles simples que para su funcionamiento requieren exclusivamente la fuerza humana; aquellas que se sostienen con las manos, pero son accionadas por motores eléctricos o de combustión interna, por medios neumáticos o por medios hidráulicos.
De acuerdo con esta definición, para las herramientas manuales sin motor, tenemos como ejemplo los destornilladores, llaves, tijeras, martillos, picos, palas, entre otros.
Aquellas que utilizan motor o son accionadas por medios neumáticos o hidráulicos son más variadas, pero podemos mencionar algunas de uso común como los taladros, sierras y pulidoras.
Un error común es utilizar incorrectamente las herramientas. Esto ocurre cuando la persona utiliza una con un fin distinto al que fue diseñada. Utilizar un destornillador como cuchillo o cincel, una llave como martillo o una sierra de corte como pulidora, son los errores más frecuentes que cometemos.
Las lesiones por hacer un uso distinto al que fue diseñada una herramienta son muy comunes y muchas veces pasan desapercibidas. Un rasguño o un golpe es muy común, pero en un sistema basado en la prevención, estos pequeños incidentes pueden tener un daño potencial para los trabajadores. Autoevalúese antes de iniciar una tarea y tenga a mano las herramientas necesarias y que sean las correctas. Es útil saber que un destornillador plano o de estría requieren un tipo de punta, mango y largo especifícos. Ya ven que no es tan tan simple como utilizar cualquier destornillador. Un destornillador inadecuado se puede resbalar y causarle una herida o dañar una pieza o el el mismo tornillo.
El reglamento de seguridad y salud en el trabajo de nuestro país requiere que las herramientas manuales, sean o no accionadas por motor, sean de buen diseño y construcción, en cumplimiento con los principios básicos de ergonomía y solo deberán utilizarse únicamente en los trabajos para los que hayan sido concebidos.
Las herramientas deben ser manejadas por los trabajadores que hayan recibido una formación apropiada y en casos apropiados, el fabricante o el empleador proporcionará instrucciones adecuadas para una utilización segura en una forma inteligible para los usuarios.
Las herramientas manuales deberán estar construidas con materiales resistentes y la unión entre sus elementos deberá ser firme, de manera que se eviten las roturas o proyecciones de las mismas. Sus mangos o empuñaduras deberán ser de dimensiones adecuadas, sin bordes agudos ni superficies resbaladizas y aislantes, en los casos necesarios. Las herramientas manuales deberán tener las características y tamaños adecuados a la operación a realizar. Nunca modifique una herramienta, mantenga siempre en buena condición los dispositivos de seguridad que traen de fábrica.