Hiedra, la resistencia hecha decoración

Hiedra, la resistencia hecha decoración

Se trata de un arbusto trepador de hoja perenne. Es una de las pocas plantas originarias de Europa que permite su cultivo en interior. Sus habituales usos son para cubrir muros y vallas, como planta colgante e incluso como rastrera para tapizar el terreno. Puede alcanzar hasta los 14 o 15 metros y desarrollar troncos muy gruesos. Tiene unos pequeños frutos de color negruzco.

Pertenece a la familia de las araliáceas. No se conocen muchas variadas, de las que sólo dos son las comúnmente empleadas como plantas de interior: Hedera helix y la Canariensis o Hiedra canaria. Se utilizan tanto en formas colgantes como de plantas de mesa en macetas.

Habita en zonas sombrías, una insolación excesiva puede ser perjudicial. Es un arbusto bastante resistente. Crece en cualquier sitio, aunque son más favorables los terrenos calcáreos y el clima suave. En general tolera las bajas temperaturas e incluso la contaminación. Las variedades más delicadas son las de tonos blancos y amarillos. El terreno más indicado será el alcalino con buen drenaje y, si es posible, rico en materia orgánica.

Variedades

 Las variedades de la Hedera helix son constantes, mostrando variaciones en cuanto al tamaño de las hojas, su forma y el colorido. Se pueden encontrar algunas con hojas en forma de estrella, de escudo, con la hoja completamente verde, variegadas e incluso con bonitas mezclas de blanco, crema, gris, verde y amarillo. Las variedades más populares son “Chicago” y “Pittsburg”, que presentan hojas grandes con lóbulos completamente verdes. Todas pueden considerarse buenas plantas de interior y crecen bien en lugares oscuros aunque, si la oscuridad es excesiva, pueden perder el color. La hiedra canaria es la que ofrece hojas de mayor tamaño, la más extendida es la conocida como “Gloria de Marengo”, de hojas variegadas.

Mantenimiento

La mayoría de las hiedras ramifican por sí mismas; si se elimina el ápice vegetativo, la planta produce de inmediato dos o tres nuevos más abajo, en el tallo. Por tanto, una buena poda las hace compactas y espesas. También es recomendable podarla con frecuencia para poder controlar que su peso no ejerza mucha presión sobre la estructura en que se apoya. En las trepadoras es mejor eliminar los vástagos abiertos, siempre a comienzo de la primavera, antes del crecimiento. El recorte de las plantas jóvenes tras su plantación estimula el crecimiento.

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