BEIRUT (EFE).- El atentado contra el ministro libanés de Defensa, Elias Murr, en el que dos personas resultaron muertas, ha sido interpretado por el titular de Interior como un intento de desestabilizar el país por parte de «un grupo criminal».

Sin embargo, otros destacados políticos como el general cristiano Michel Aoun y Walid Yumblat, líder druso, estimaron que el atentado podría estar motivado por la «información» de la que disponía Murr sobre la investigación del asesinato del ex-primer ministro Rafic Hariri, ocurrido el 14 de febrero.

Esta mañana, la explosión de un artefacto en el barrio residencial de New Nachache, al noreste de Beirut, causó dos muertos y doce heridos, entre ellos el ministro Murr y Patricia Puente, la esposa del embajador mexicano en el Líbano.

«Este ataque tiene por objetivo desestabilizar el Líbano y sumergir a la población en la tristeza y la desesperación», afirmó el ministro saliente de Interior, Hassan Sabeh, que recordó que los atentados contra políticos se iniciaron con el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri.

Hariri y otras 20 personas murieron en un atentado similar que condujo a un levantamiento popular que provocó la retirada de los soldados y agentes sirios del Líbano después de casi tres décadas de presencia.

Sabeh negó que los servicios de seguridad libaneses hayan sido negligentes y aseguró que se han intensificado las medidas para evitar esta clase de atentados, «pero hacemos frente a un grupo criminal que quiere destruir y desestabilizar el Líbano».

«Nosotros no podemos hacer frente solos a criminales de esta índole porque es imposible poner un guardia detrás de cada libanés», añadió, a la vez que mostró su extrañeza porque los terroristas atacasen a Murr pese a las medidas de seguridad de las que disponía.

Según el responsable de la seguridad libanesa, cada vez que Murr se desplazaba, «tres convoyes salían al mismo tiempo, pero cada uno en una dirección diferente».

Sabeh instó a los libaneses a cooperar con el Estado para poder «atravesar esta etapa difícil».

Murr, desde su habitación en el hospital, transmitió un mensaje de tranquilidad sobre su estado de salud a través de un vídeo.

«Gracias a Dios me encuentro bien. Tenemos que soportar esta situación ya que el país atraviesa una situación difícil», dijo Murr.

Por su parte, el diputado Saad Hariri, que se trasladó al hospital para visitar a Murr, declaró que el ataque «se integra dentro de la cadena de atentados dirigidos contra el Líbano».

Según el cuñado de Murr, el ex-diputado Emile Lahud, hijo del presidente del mismo nombre, el herido fue sometido a una operación quirúrgica en la mano y tiene quemaduras en la cabeza y en el cuero cabelludo.

El líder druso Walid Yumblat dijo que el ataque contra Murr trataba de eliminar a aquellos que tienen informaciones importantes sobre el atentado contra Hariri.

«Murr se había acercado a Hariri antes del 14 de febrero y mantuvieron una serie de reuniones en el extranjero», afirmó el líder druso, una de las principales figuras de la oposición anti-siria.

Según él, «existe un plan para liquidar a aquellos que tienen informaciones sobre el asesinato de Hariri. No hay seguridad y hasta que no establezcamos un nuevo orden político, se repetirán actos criminales similares».

El general Michel Aoun también estimó que Murr constituía un blanco para esta clase de atentados porque «tenía acceso a informaciones sobre los movimientos y grupos terroristas que realizan los ataques».

Además de los atentados contra Murr y Hariri, hubo una ola de ataques terroristas contra las áreas cristianas y contra diferentes políticos, como el dirigente comunista Geroges Hawi y el periodista Samir Kassir, que resultaron muertos el pasado mes de junio en atentados similares.