Hieren periodista luego ser liberada

Hieren periodista luego ser liberada

ROMA (AFP).- Italia vivió una dramática jornada este viernes dividida entre la alegría y el dolor por la liberación en Irak de la periodista Giuliana Sgrena, quien fue herida por disparos del ejército estadounidense mientras viajaba al aeropuerto de Bagdad para regresar a su país.

   La enorme satisfacción, la emoción y la alegría que se desató en la redacción del diario romano Il Manifesto tras la noticia de su liberación fue empañada poco después cuando se supo que el convoy en el que viajaba la reportera había sido atacado por el ejército estadounidense.

   La periodista y otros dos agentes italianos de los servicios secretos resultaron heridos, mientras el mediador que obtuvo su liberación, el responsable de los servicios secretos italianos en Irak, Nicola Calipari, murió durante el ataque.

   El agente intentaba proteger a la reportera del diario Il Manifesto, liberada tras haber permanecido un mes secuestrada.

   El jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi convocó inmediatamente al embajador de Estados Unidos en Italia y pidió aclaraciones sobre el ataque contra el convoy que transportaba a la periodista.

   «He convocado al embajador de Estados Unidos para que aclare la conducta de los militares estadounidenses en Irak ante el grave incidente causado. Alguien deberá asumir sus responsabilidades», anunció Berlusconi en el curso de una conferencia de prensa.

   El jefe de gobierno italiano precisó que Sgrena fue herida en el hombro izquierdo y que estaba siendo sometida a una intervención quirúrgica en un hospital estadounidense.

   «Casi la matan», comentó incrédulo el compañero de la reportera, Pier Scolari, quien viajó inmediatamente a Irak en un avión puesto a disposición por el gobierno italiano.

   «La alegría y el alivio han sido empañados por el dolor por la muerte del agente», comentó el director del diario Il Manifesto.

   Especialista en Irak, una de las pocas mujeres corresponsales de guerra, enviada especial en Irán, Afganistán y Argelia, autora de varios libros y conocida por ser una persona fuerte, seria y estudiosa del mundo árabe, Sgrena se opuso siempre a la guerra destada por Estados Unidos en Irak.

   El anuncio de la liberación, que fue hecho primero por la cadena de televisión qatarí Al Yazira y confirmado pocos minutos después por el director del diario, Gabrielle Polo, había sido recibido con aplausos y lágrimas de conmoción en todo el país.

   Pocos minutos antes, la cadena de televisión árabe había difundido en una banda en bajo de la pantalla la noticia que decía: «Liberada la periodista italiana secuestrada, Giuliana Sgrena, en Bagdad», sin más precisiones.

   El presidente de la República italiana, Carlo Azeglio Ciampi, confirmó rápidamente la liberación de la periodista, secuestrada en Bagdad el pasado 4 de febrero y agradeció a todos aquellos que contribuyeron para lograrlo.

   Desde el hospital, el Papa Juan Pablo II manifestó su satisfacción por la liberación de la periodista, antes de haber sido informado del ataque, mientras el alcalde de Roma, Walter Veltroni, anunció que el Coliseo será iluminado toda la noche para festejar la noticia.

   Giuliana Sgrena, de 56 años, que fue raptada el 4 de febrero en Bagdad mientras entrevistaba a refugiados de Faluya, había aparecido dos semanas más tarde en un dramático video demacrada, con la voz quebrada y nerviosa.

   El diario, que no había cesado de movilizar a la opinión pública italiana e internacional para pedir que soltaran a la reportera pacifista, había congregado a unas 500.000 personas en Roma el 19 de febrero con la esperanza de salvarla.

   Numerosas organizaciones por la paz, de la prensa, escritoras y de defensa de los derechos de las mujeres y los niños de Italia, Europa y el mundo árabe,  manifestaron su solidaridad por la periodista, autora de varios libros sobre la condición de la mujer en el mundo árabe.

   El diario para el que trabaja la reportera, el periódico independiente de izquierda más antiguo de Europa, había programado para el domingo un concierto de solidaridad y contra la guerra en el auditorio de la capital.

   El gobierno italiano apoyó la intervención militar en Irak y desplegó un contingente de 3.000 hombres en Nassiriyah (sur) en junio del 2003.

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