Hoy 
POR EVA LORA
La ciudad de Higüey, cabecera de la provincia La Altagracia, todavía está a la espera de que se cumpla la promesa de construcción de un nuevo acueducto y alcantarillado.
Debido al deterioro y la inutilidad del acueducto construido a principios de la década d 1970 durante el gobierno de Joaquín Balaguer, los residentes de esta ciudad carecen de un adecuado sistema de agua potable, y tienen que incurrir en gastos extraordinarios.
Asimismo, el mal sistema de alcantarillado provoca el desbordamiento de las aguas residuales en tiempos de lluvias e inundaciones en zonas como la del arroyo Cagüero.
Esta falta de desagües en la ciudad constituye una amenaza a la salud de la población.
El ingeniero Leandro Piña, presidente de la Unión de Representantes de la Provincia La Altagracia (URPA), dijo que a pesar de que Higüey está en una zona bañada de siete ríos, es increíble que a 500 años de haber sido fundada, no tenga agua potable.
El presidente de URPA demandó la urgente intervención de las autoridades para solucionar definitivamente la falta de agua y de desagües en la ciudad y recordó que el presente gobierno, y los anteriores, se han comprometido con la construcción de un acueducto para la ciudad, pero que ninguno ha cumplido y que las ofertas han pasado a ser promesas de campaña.
En las entradas de la ciudad hay gigantescos letreros en los que el Instituto de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) anuncia el inicio del acueducto de Higüey, a cargo de la firma Ghella y Asociados.
En junio de 2005 el presidente Leonel Fernández consiguió un desembolso por parte del gobierno de Venezuela de 106 millones de dólares de los fondos del Acuerdo de San José, que serían en parte destinados a la construcción del acueducto de Higüey.
Ahora se desembolsa la primera partida de US$31 millones para inmediatamente empezar el acueducto de Higüey. Ese es un logro que hemos obtenido en este viaje a Venezuela, expresó el presidente Leonel Fernández el 30 de junio de 2005, dice la página web de la Secretaría de Economía.
